Que tal si...nos adentramos en el silencio...
Vivo en un país, Argentina, donde el común de la gente tiene el hábito de, al momento de abrir los ojos por la mañana, encender la radio o, mirar el celular. Es decir que, sin saberlo, porque se vuelve un acto mecánico inconsciente, de lo primero que las personas se desayunan es de ruidos, luces fuertes y, las siempre malas noticias que gustosamente los medios aman en diseminar por todos lados.
Si a eso le sumamos todos los demás ruidos o sonidos que generamos o, a los que estamos expuestos a lo largo del día, ¿qué conocimiento real y profundo podremos tener acerca de lo que el silencio es y puede contarnos?
Entonces, la propuesta de hoy es que dediques unos minutos o, incluso horas, a estar en silencio.
A aprender a escuchar que hay en ese silencio y para ello, solo precisas apagar todos los aparatos a tu al rededor y también, evita hablar.
Esto significa que tenes que aplicar tu intención en ello, tu palabra puesta al servicio del silencio diciéndote que ahora, sólo habrá espacio para escucharte...
Lo primero que descubrirás es que, silencio, no es algo que se haga sino, algo que existe cuando acallamos todo lo que lo oculta.
No necesariamente tenés que quedarte quieto aunque, sería muy valioso que, durante el silencio, te encuentres en una postura cómoda, relajado y atento. Atento a los sonidos de tu respiración, quizás del corazón o de los órganos internos como también, a los sonidos que provengan del exterior. Sólo escucha y no interpretes ni busques explicaciones.
Fijate cuántos beneficios trae esta práctica:
Relaja tu mente
Alivia los niveles de ansiedad y estrés
Estabiliza la tensión arterial
Refuerza el sistema inmunológico
Mejora el estado de ánimo
Más, todos los beneficios que sucedan en vos a la hora de practicar el silencio o, el dejar de hacer ruido.
El silencio, tiene su propia música y te conecta con tu ser interior como también con tus pensamientos o sea, todo lo que procede de tu personalidad.
El silencio es, después de todo, el modo en el que Dios, el Tao o la energía universal habla y se comunica pero, si no habitamos el silencio, nunca sabremos qué tiene para decirnos.
Gracias y hasta mañana
Shodo Rios
http://senderosdelki.com.ar
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