viernes, 28 de febrero de 2014

El practicante correcto

La puntualidad es el título con el que se encabeza uno de los capítulos del libro “Kyudo Zen”, memorias del Japón, escrito por Luis Falconi.
Al respecto dice: “Un maestro observa siempre tres cosas del alumno: puntualidad, respeto y etiqueta. Si faltara alguna de éstas, da lo mismo si la técnica es correcta o equivocada, o si se acierta en el blanco o no. El examen será reprobado. El tiro con arco correcto es la consecuencia de estos tres puntos”.





Cuando leí esta sentencia, no pude menos que concordar, sin que por ello, y al mismo tiempo, no repasara cómo fue que llegué a poner en práctica estas actitudes.
La puntualidad es una virtud que llevo conmigo desde siempre, recuerdo que durante años enteros tenía la costumbre de no usar reloj, y así y todo, rara vez me demoraba. De manera que, de los tres puntos aquí subrayados, el primero es algo que no me ha requerido ningún esfuerzo.
El segundo punto, el respeto, es un puerto al que fui llegando poco a poco a medida que iba conociéndome cada día un poco más como para tener conciencia de que lo que estaba haciendo o diciendo corría principalmente bajo mi entera responsabilidad. Por lo cual, y además de haber dejado de echar culpas ante mis “fracasos”, puede ir comprendiendo que la elección tomada era y es una forma clara y concreta de actuar con la vida, por lo que no podía menos que ser respetuoso con ello, porque, además, pasaba a serlo con los demás seres. Esto sin importar qué práctica, actividad, profesión u oficio se realice, pues el solo hecho de estar allí y tomar dicho compromiso no puede llevarse a cabo sin el debido respeto por todo lo que está implícitamente o no interrelacionado.

El último comportamiento, la etiqueta, también es un aspecto de la manera en la que nos mostramos ante las diversas formas de vida que me llevó mucho tiempo considerar, y me explico: como siempre detesté los sacos, camisas planchadas o corbatas, tardé mucho más de lo deseado en aceptar que la etiqueta no tiene nada que ver con el estatus social que presupone vestir ciertas ropas a través de las cuales no sólo nos damos a conocer sino que también nos acreditan una identidad y una cierta jerarquía social en la que nos cobijamos con el fin de que nos asegure ser aceptados.
Cuando me vestí combatiendo estas creencias, no pude hacer otra cosa que ponerme en contra de toda diplomacia y formalidad “correcta” sin notar que cuanto más me resistía a ello, más me convertía en lo mismo.
Sin embargo, desde que me puse delante de una clase para compartir la práctica del Chi kung, por ejemplo, fui dándome cuenta de que lo importante no radicaba en la ropa en sí misma sino en la intención con la que era colocada sobre mi cuerpo. Es decir, el más simple de los trapos puede convertirse en las ropas de un rey si ésta se lleva con humildad, desapego y respeto, observando que, sobre todo, esté limpia.
En pocas palabras, vestir el cuerpo con amor es mucho más que lo que se lleva puesto; es, en todo caso, la gratitud de poder contar con ello para vivir con dignidad y la austeridad justa que permita no caer en el abandono, como tampoco en la carrera interminable de un consumo basado en la insatisfacción de la propia existencia.

Poner el ojo o visión correcta en estos tres aspectos centrales de la práctica del tiro con arco “kyudo” no puede menos que confirmarme que el camino emprendido es el que mi corazón y mi mente concuerdan, como también tener presente que si el dojo de práctica es mucho más que un espacio físico determinado, no hay razón para no poder llevar esta actitud con la vida, la de la puntualidad, el respeto y la etiqueta, a todas partes.

Publicado por claudio

viernes, 14 de febrero de 2014

Chi kung y embarazo





Si bien no suelo hacer diferencias de ningún orden entre las personas que vienen a las prácticas Chi kung, hoy quiero dedicar un párrafo aparte a aquellas mujeres que están en período de embarazo, con la intención de comentarles los beneficios que puede aportarles la realización de esta disciplina.
Mi interés en informarles al respecto de este tema es a causa de la nota que publiqué la semana pasada en el blog y porque, no por casualidad y si por causalidad, otras mujeres embarazadas se comunicaron conmigo para comenzar a tomar clases.

Nadie mejor que una mujer embarazada para contarnos lo que ello le significa tanto en el orden físico (cambios en el tamaño de las mamas, tensiones en la columna vertebral a nivel lumbo/sacro, cambios en el color del cabello, la textura de la piel o el rostro), como en lo emocional (alegría si el embarazo fue buscado o angustia si las condiciones en las que la gestación llega no son las deseadas) y mentales (¿el bebe será sano?, ¿podré soportar los cambios y molestias que este nuevo estado me trae?, ¿dejaré de ser una mujer deseada por mi pareja?)
Todos estos puntos, y muchos otros, pueden ser trabajados desde la práctica de Chi Kung para comenzar por la aceptación del estado actual en el que se encuentre la mujer y desde allí ir recorriendo todo el proceso mes a mes de la mejor manera posible tanto para ella como para el bebe, por supuesto. No olvidemos que el bebe se alimenta de todo aquello que la madre vive, hace, piensa y siente.
Entonces, si ellas conocen esta disciplina y la practican, seguramente encontrarán sus muchos beneficios, entre los cuales señalo:





Beneficios de la práctica de Chi Kung “especial embarazadas”

Fortalecimiento del cuerpo y la mente.

Los ejercicios conducen a una mejor y mayor relajación para la embarazada y así prepararse de mejor modo para el estrés que supone el parto, aliviando el dolor, pues el hincapié para alcanzar dicha relajación se pone en los ejercicios respiratorios.
Sobre esto último digo: la respiración permite que la mujer evite dificultades en la respiración o se hiperventile y aprenda a relajarse.

Los ejercicios de chi kung permiten desbloquear el cuerpo, facilitando la eliminación de toxinas y una mejor absorción de nutrientes y oxígeno.

Los ejercicios mantienen regulada la presión arterial y evitan o mejoran los edemas, sobre todo a nivel de las piernas.

Los ejercicios de chi kung no están contraindicados para las embarazadas, excepto en casos donde el proceso se vea dificultado por alguna complicación clínica o de cualquier tipo que requiera reposo o tratamientos especiales.

Le dará confianza, alegría y seguridad.
Y como ya mencioné, todo lo que beneficie a la embarazada, también lo hará sobre el bebe.

En mis clases, cada día de práctica es único e irrepetible, pues la propuesta de ese encuentro estará sujeta a las condiciones en que el grupo llegue, a la energía que éste y el momento presente me manifiesten, entonces, una vez observado estos detalles, la clase comienza y se va desarrollando siguiendo el orden natural que vamos compartiendo. En pocas palabras, no suelo programar lo que haré en cada clase, ya que siento que hacerlo es no tomar en consideración al otro y lo que ese otro trae para trabajar en ese momento, por lo tanto, voy dejando que ellos y mi propio ser me vayan contando dónde empezar, cómo continuar hasta cerrar la clase.

De esta manera, las embarazadas que quisiesen participar de esta milenaria práctica deben saber que siempre estamos atentos a cómo la mujer viene cada día para poder acercar las herramientas que fuesen necesarias para acompañarlas a lo largo de ese proceso, en su beneficio y el del bebe.
Sin embargo, no son sólo ellas y sus hijos/as en gestación las que se verán agraciadas por esta práctica, también quienes compartimos esos momentos nos cargamos de la energía circundante, creando un espacio de mutuo amor, respeto y gratitud por ser testigos de cómo la vida se va abriendo paso ante nuestro ojos.
Por todo esto es que prefiero que las mujeres en período de embarazo vengan a las clases junto a los demás alumnos/as en lugar de darles un día y horario aparte o diferenciado de los demás horarios regulares. Después de todo, el Tao se manifiesta en la diversidad, ¿no es verdad?

Por último, recordemos que somos un campo vibratorio de intercambio constante con nosotros mismos y nuestro entorno, por esta razón el puente de energía que la madre establece desde ella hacia su hijo/a la ayudará a conocerse más y mejor a sí misma, como a su hijo/a por nacer.

Publicado por Claudio