martes, 25 de julio de 2017

Gratitud





A cerca del agradecimiento alguien dijo: "El agradecimiento es la certeza de reconocernos ni independientes ni autosuficientes, sino como parte de una comunidad extraordinaria de seres y sucesos y la celebración de estas conexiones de apoyo mutuo".

La gratitud cuando nace de pleno corazón, nos recuerda que somos porque el otro también es y no porque el otro me da algo que obligatoriamente debo retribuir; en cuyo caso, solo estaríamos frente a una negociación y no a un acto de generosidad desprendido de segundas intenciones.

Recuerdo que hace muchos años, cuando realizaba mis funciones en casa de personas que requerían de mi servicio como masoterapéuta, una señora a la que visitaba una vez por semana, una tarde de tantas me dijo: ¿por qué sos vos quien me agradece cuando la verdad soy yo la agradecida por los beneficios de tu trabajo? a lo que respondí: porque usted me ayuda a redimirme y a crecer como persona y como profesional toda vez que acudo a su encuentro.

Si algo me han transmitido el Budismo como la práctica de zazen es el aprender a observar con qué intención se hace, se dice y se piensa de modo de poder darme cuenta cuando hay un hacer por el hacer mismo, responsable y dedicado o, un hacer, decir o pensar con el criterio de obtener algo a cambio.
Si bien no podemos olvidarnos que existimos a causa de un constante intercambio con nuestro entorno, tampoco es menos cierto que la mayoría de las veces ese intercambio se vuelve solo oportunismo, dar porque me dan, querer porque me quieren y así vamos deambulando de transacción en transacción desperdiciando la capacidad de practicar la comprensión, la compasión o aquello de: "hacer el bien sin mirar a quién" o, sembrar, regar y dejar que la naturaleza o el universo hagan lo suyo.

En lo personal, siento que un acto de gratitud generado con total sinceridad, es aquel que perdura aún cuando las personas involucradas, por la razón que fuese, dejaran de relacionarse.De no ser así, valdría preguntarse si dicho agradecimiento fue realmente desinteresado o una negociación más. Lo que se comprueba si tras finalizada dicha relación lo que queda es resentimiento el cual oscurece todo lo vivido convirtiéndolo en un veneno que, curiosamente, nos tomamos nosotros esperando que le haga daño al otro...

Cuando lo único que rescatamos de un vínculo donde se supone que hubo si no amor, al menos el respeto suficiente para establecer ese contacto es rencor, bien podríamos preguntarnos, ¿qué clase de seres hemos sido mientras decíamos que nos queríamos o nos valorábamos? acaso, ¿cínicos? Porque si lo único que queda es remordimiento, ¿a dónde fueron a parar todas esas manifestaciones de agradecimiento dados por tanto bienestar logrado?

Un acto desinteresado de total gratitud no se muere nunca en el corazón de quién luego de dar, se vuelve sobre sus pasos dejando que todo siga su curso. Esta práctica es la que desde épocas remotas los chamanes y maestros conocían como la verdadera manera de conectar con nuestras necesidades en lugar de vivir reclamando y pidiendo cual mendigos por no comprender que estar agradecidos es, en sí mismo, todo lo que se requiere para que a su tiempo nos vayamos acercando a lo que anhelamos y amamos.
Pero para poder poner en funcionamiento las cosas en favor de la vida, hay que preguntarse ¿qué puedo dar? en lugar de, ¿qué quiero?

Por último, cierro completando las frases del comienzo cunado su autor dice: "Quienes son ingratos o se sienten agobiados por la bondad de los demás no se percatan de la interconexión de todas las vidas y levantan barreras de ignorancia y egoísmo a su alrededor para aislare del mundo".
Y concluye: "Las causas de la ingratitud son: No reconocer los beneficios recibidos, menospreciar esos beneficios, la absorción en nosotros mismos y el olvido".

No hay mayor gratitud que practicar el evitar hacer el mal, tratar de hacer el bien y respetar toda forma de vida.

Agradezco a todas y cada una de las almas con las que me e vinculado a lo largo de mi vida porque sin esos encuentros, no sería quien soy ni estaría donde hoy me hallo.

Claudio Daniel Rios

domingo, 16 de julio de 2017

Como en el Dojo





Como en el dojo de práctica, también en la vida...
se percibe la postura corporal
se ven los pensamientos
se siente la respiración
se escucha el decir
se observa el hacer

La primavera como el invierno
se gestan en el mismo árbol.

Claudio Daniel Rios

Comentario:  Cuando lo que se transmite de manera silenciosa durante las prácticas en el Dojo o sala de meditación, no se practica en el diario hacer, es porque aún nos encontramos en la etapa de estar más ocupados en lo que queremos alcanzar que en lo que ahora mismo está sucediendo.

Dojo: También se designa con éste nombre a las salas donde se practican artes marciales.

domingo, 9 de julio de 2017

La palabra, ciega





La luz no está en las palabras
La luz
está en la oscuridad.

El Maestro
sentado en su cueva
aguarda sin esperar
a que un día
entres.

Claudio Daniel Rios

Comentario: Las palabras jamás pueden explicar lo que ES.
Lo que ES (naturaleza original), no puede encontrarse en ningún lugar más que en uno mismo.
Zazen o meditación sentada, es la postura correcta a través de la cual, todo se revela.