martes, 12 de marzo de 2019

Sé como el viento





En un encuentro ente maestro y discípulo, éste pregunto: Maestro, estoy transmitiendo lo que usted me enseño pero, noto que muchas de esas personas no consiguen comprender lo que les brindo y, lo más frecuente es observar que, a pesar de quejarse de sentirse mal y agobiados, en lugar de tomar el camino de sentar en la calma a través de la meditación y aprender a llevar una vida más tranquila y responsable, optan por alejarse bajo mil y un pretextos, para continuar con el sufrimiento que les embarga, ¿acaso hay algo errado en el modo en que transmito dichos conocimientos? Es más, ¿tiene sentido continuar enseñando?

A lo que el maestro contesto: "Si, hay algo errado en ello y es que, de lo único que tenes que ocuparte es de continuar con tu práctica y ofrecer lo que te fue dado sin expectativas o resultados. Actúa como el viento; sopla, pero no arrases. Pasa por todos lados y no te detengas en ninguno. Echa las simientes y alejate que lo demás, no es asunto tuyo".

Pero Maestro, ¿No estamos aquí para ayudar a todos los seres sensibles a despertar? - enfatizo el discípulo.
"Si, por supuesto. Pero no se trata de que adquieran tu despertar sino, en dejar que cada quién halle el suyo. Después de todo, cada ser debe aprender a ver con sus propios ojos, cuando sepa mirar sin usarlos".
El discípulo saludo haciendo una reverencia a su maestro y se retiro en silencio


Comentario: Relato recreado por mi y basado en experiencias  personales, a los efectos de no olvidar hacer sólo la tarea y estar presente en cada momento dejando que, como el viento, todo siga su curso mientras continúo andando.

Shodo Rios

miércoles, 6 de marzo de 2019

Mil palabras





El poema
estaba recostado
sobre una larga madrugada de olvidos,
cuando borracho de desencanto murmuró:
"Veo tantas y tantas tontas fotos
que ahora siento
más que nunca
cuánto valen
aquellas mil palabras".

Despreciadas palabras
por una imagen falaz
que nunca te dejará conocer
el aroma a mentas y jazmines 
que después de la lluvia
emana por los labios
al leerme
Ni a saber lo que es esperar al perfecto amor
detrás de una puerta que jamás se abrió

Por eso
vengo a sacudirte
esa mirada boba y perdida;
hipnotizado bajo las luces ajenas
las que nunca te invitaran a bailar
los sones impredecibles
de la poesía.

Vengo a tu rescate palabra agónica y tierna
de entre tanta pose frenética
encerrada en jaulas
como pájaros
que rompen sus alas
porque no conocen
el verbo volar.

Me propongo desmembrar
la palabra lacerante
y el flash epiléptico
que condena al alma
a una muerte errante

Vengo a desarticular
el reflejo gélido
mal disimulado
y a dejarte a la deriva
de toda voz remanida y esquiva
de todo retrato mimético
para que fotografíes lo que
solo en la oscuridad de tu cuerpo
puede ser revelado.

Vengo
en realidad,
a que te rescates
de la estupidez
a que saltes de esa vitrina virtual
donde liquidas a diario
tu ser.

A que retornes
a la simpleza del pan
y le cuentes a tu niña
de cuando vivías en lejanos bosques
entre dragones, hadas y serafines.

Vine
para que “te vuelvas canción
otra vez”.*

*A Luis Alberto Spinetta

Shodo Rios