¿Cómo es ser como Dios, como el Tao?
Simple. Hablando el mismo idioma que ellos, el silencio.
Se silencioso para poder escuchar y escucharte. Esto significa, no juzgues y notarás cómo el cuerpo se expresa y la mente parlotea incesantemente.
Luego pregunta con voz clara y decidida: ¿Quién soy? y de nuevo, sólo escucha...que la naturaleza a su hora, te mostrará el fruto.
No es necesario que acudas a templos, iglesias, sinagogas o mezquitas.
Abstenete de cánticos, misas, rituales o ceremonias.
Tampoco es preciso rezar, meditar u orar dependiente de comunidades o grupos. Los grandes maestros fueron muy claros a este respecto cuando dijeron: "Nunca encontraras el camino hacia vos mismo si te perdes en la multitud", pero sí, si nos atrevemos a habitar en el desierto...
Luego, cosechado lo aprendido, llegará el tiempo de ofrendarlo para que cada quién visite su propio desierto.
Mucho menos adhieras a cualquier tipo de ismos o dogmas (cristianismo, budismo, capitalismo, comunismo) o volverás a perderte en la multitud y nunca comprenderás que para conocer tu sentido de estar acá, no necesitas de intermediarios. Eso si, si tu andar es sincero, hallaras a los amigos correctos con quienes compartir el mundo y la vida.
No rechaces.
¿Y entonces, qué hay de todo lo anterior?
Se caerá por si mismo cuanto más te acerques a la verdad interior.
No te apropies de nada ni de nadie. Recorda que una mano cerrada, a penas sostiene un puñado de cosas y un sin fin de calamidades; y que, por una mano abierta pasan todos los ríos y mares.
Confia, permanece quieto y sentí cómo todo el cosmos se mueve en vos, mutando, transformándose y transformándote.
Se como Dios, Se como el Tao, no te busques, encontrate.
Shodo RIos
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