miércoles, 10 de junio de 2020

La palabra genera realidad





Dice: "De algo hay que morir" En su defecto, de algo hay que vivir pues, si primero no se vive, no hay manera de morir.
La frase es importante, no tanto por el sentido orientativo que presenta (hay que morir) sino, porque oculta quién o quiénes dan ese sentido que se encuentra en las dos primeras palabras, "de algo". De algo, igual a, cualquier cosa; vale decir, cualquier cosa que otros decidan por uno ya que, no se está decidiendo conscientemente de qué se quiere morir o vivir. En otras palabras, que lo haga otro por mí.

Que hay un otro que decide por uno, queda evidenciado en la proliferación del pánico que la mayoría de la gente manifiesta hoy día, ante la posibilidad de morir o, peor aún, de creer que esa es la única posibilidad frente a las circunstancias reinantes (corona) debido a que cree que, el poder para concretarse el hecho, sólo yace fuera de sí esto es, justamente en manos de aquellos en quienes se delegó nuestras facultades. Por lo mismo, son esos otros de los que se espera la solución.
Sin embargo, lejos de ver que donde se haya el problema (el poder se lo dimos a otros para que manipularan desde hace siglos nuestras vidas) también contiene la solución que es, darse cuenta del engaño y recuperar la autoridad entregada.

Si se tuviese conocimiento íntimo de lo que implica el decir, la palabra o el hablar de una manera determinada, lejos se estaría de hacerlo de ese modo (de algo hay que morir) ya que, se comprendería que esa es la realidad que se desea obtener. Yo digo, yo hago. Por lo mismo, "Ojo con lo que deseas porque se cumplirá.
El miedo en este caso, opera a partir de que se "vive" o, sería correcto decir, se sobrevive no porque se lo ha determinado responsablemente por cada quién sino, por estar sometidos a mandatos y obligaciones bajo las cuales el sujeto, queda sujeto, precisamente, a lo que designen aquellos a los que se les dio el poder para que regulen nuestras vidas (religión, política, economía, ciencia) Dicho sea de paso, los cuatro jinetes...

Para que todo esto se desactive, hay que ir hacia uno mismo y escuchar/escucharse, lo que se dice o decimos y bajo que condiciones lo hacemos para que, a la hora de escuchar el alma de lo que se expresa, su contenido o intención, se pueda observar y verificar si es eso lo que de verdad se piensa y siente sinceramente o no.
Normalmente no se piensa en morir sino que, la frase, pronunciada en tono jocoso en momentos donde la persona busca justificar lo que está haciendo lo que conoce pero de lo que no es consciente y que, va en contra de un vivir sanamente o, completamente (mente completa puesta al servicio del sentir y del decir) Por lo tanto, la justificación (una de las condiciones del no iniciado en el camino hacia el despertar) lo mantiene en ese estado casi de catalepsia auto infligido, excepto que la escucha tenga lugar en su interior para poder develar la comedia y, más tarde aprender a reorientar el chi o energía hacia el camino correcto que es, auto realizarse a partir de saber lo que se quiere en concordancia con lo que se siente para luego enunciarlo, primero para y con uno (el camino siempre es uno mismo) y más tarde enseñarlo a los demás y al universo. Un ejemplo es el de quien se queja de que siempre le pasan las mismas calamidades, sin percatarse de que lo crea él o ella por no atenderlo que en verdad piensa y dice que lo deposita siempre en la misma realidad que a ayudado a crear.

Por eso sostengo lo trascendente de estos momentos cruciales para reorganizar la mente, la palabra y el sentir (la situación como una oportunidad) o, de lo contrario, quedaremos sumidos a viejos paradigmas. Postulados que, a la vista de quién sepa y pueda ver, están usando sus últimas fuerzas disponibles para no declinar su mandato, pero, si eso no les es posible, como sí saben lo que quieren (a diferencia de la mayoría de los humanos) que es, tener cada vez más poder o, en última instancia conservarlo, aunque primero tengan que colapsar, producto de que nada puede durar indefinidamente, lo harán hasta reconvertirse y así llevar la vieja mente a su máxima expresión de dominio y control con lo cual, acabarán sometiendo a la humanidad al mero papel de sirvientes de esos mismos poderes, ahora renovados y realimentados a nuestra costa.





Ellos, la iglesia, la política, la economía y la ciencia, están jugando su papel, nosotros, ¿sabemos cual es el nuestro o vamos a dejar que sigan decidiendo ellos, producto de vivir convencidos de que sólo ellos deben porque pueden, tienen con qué y saben?
Aclaro este punto. Cuando la humanidad se convenció de, “no debo”, se arrodillo ante las religiones. Cuando creyó en, “No poder” aparecieron los políticos. Cuando temió en “No tener”, lo hizo la economía y los bancos. Cuando estuvo muy segura de, “No saber” gestó la intervención casi endiosada de la ciencia y la medicina. Si algo retiene hasta hoy a la humanidad en el samsara o, circulo infinito de nacimiento, vida y reencarnación, son exactamente estos puntos y ningún otro. Se puede poseer mucho, poco o nada, hace mil años, ahora o en un futuro distante, pero, sin confianza para actuar y comprobar si se puede, se debe, se sabe o se tiene, los problemas, conflictos, guerras, hambre y devastación nunca cesarán. Dejo al osado que se anime a leer entre líneas nuestro periplo como homo sapiens, sapiens, bárbaros o civilizados y, de seguro lo descubrirá. Siempre padecimos los mismos inconvenientes por lo que nunca supimos cómo salir del atolladero.
Insisto, el camino al despertar es individual. A más individuos despiertos, la consecuencia confluirá en una sociedad, también iluminada.

Ahora bien, se trata de desembarazarnos de todo esto, no. Se trata de transformar el paradigma, vale decir, sustituir una estructura perimida y falsa, por un decir magnánimo nacido de un pensar, decir y sentir sinceros, a partir de recuperar la confianza en que, debemos, podemos, tenemos y sabemos.
Dicha recuperación no será jamás, reitero, jamás, masiva o multitudinaria excepto, cuando cada quién tome decididamente su Chi o energía en las manos y la redireccione hacia su despertar con lo cual, la consecuencia derivará en una multitud de seres humanos también despiertos. Hasta entonces, sin esa labor que no puede surgir sino de un corazón y una mente en armonía, me temo que no será viable.

Dejar en manos de los principales causantes de todos los males perpetrados y padecidos desde hace siglos, tanto por los humanos como por el planeta para que resuelvan la ecuación, es como si la persona abusada, esperase de su abusador la salida.

Termino con esta frase absolutamente esencial como la vida misma y es:
Mira por vos mismo – Aberamentho (indagen de quién se trata y se sorprenderán)

Shodo Rios

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