viernes, 24 de febrero de 2012

Chi kung: Los seis sonidos curativos

Segunda y última parte




En esta última parte sobre el valor curativo de los sonidos aplicados durante las prácticas de qi gong o chi kung, es esencial detenernos brevemente en la vida de quien podría ser considerado como el Hipócrates de la medicina Asiática; me estoy refiriendo al médico, alquimista y fitoterapeuta Sun Si Miao.
El doctor Sun Si Miao vivió alrededor del siglo V de nuestra era. Fue autor de una abultada cantidad de volúmenes dedicados a la farmacopea, obra que actualizó, por aquellos tiempos, los datos ya existentes en el tratado principal de la Medicina Tradicional China o Huang Di Nei Jing, escrito, probablemente, varios siglos antes de Cristo.

En el “Canto para eliminar las enfermedades de Sun Zheng Ren”, el Dr. Sun Si Miao aconsejaba, por ejemplo, algunos de estos hábitos saludables:
“Cepillarse el pelo con frecuencia, realizar ejercicios respiratorios, golpear suavemente los dientes entre sí, tragarse la saliva lentamente, masajearse el rostro con las manos, pasear regularmente, y acariciarse el abdomen o masajearlo luego de cada comida”.
Su gran sabiduría, producto de dedicar incansablemente su vida a investigar esta energía o Qi que nos sostiene, nos crea y transforma, se refleja en las siguientes palabras:
“Conservar la salud no es complicado. Vivir de acuerdo con el Tao (respetar el orden natural de la vida) significa no preocuparse demasiado por si el alimento es sabroso o no, si se gana o se pierde, si se alcanza honor o humillación, si se es amo o sirviente: Hay que mantenerse calmado y no agotarse, mantenerse en forma y no trabajar demasiado. Si se combina continuamente la producción de Qi con su circulación, como por ejemplo sucede con las prácticas de chi kung o meditación, se tendrá longevidad”. Y concluye: “A una persona común le resulta difícil acallar la mente, pero si practica con diligencia, fe y disciplina, podrá reducir el parloteo mental gradualmente”.
Una muestra de su amor incondicional por la salud y la vida la dio cuando rechazó el cargo de médico del Emperador, para dedicarse a la investigación médica en beneficio de la comunidad. De forma empírica realizó una serie de experimentos con sonidos primeramente de modo instrumental y luego fónico que le condujo a unos resultados terapéuticos sorprendentes.

Aceptando el hecho de que somos energía, la aplicación de sonidos para recuperar o sostener la salud, se basa en que, mediante su resonancia, el sonido ejerce un efecto terapéutico sobre el cuerpo humano, dado que hablamos de vibraciones que también es energía y que actúa irremediablemente alterando o armonizando nuestra energía vital o Qi.
Los sonidos que el Dr. Sun Si Miao utilizó están cada uno de ellos vinculado con un órgano específico, a saber:




El hígado se armoniza con el sonido formado por las letras SHI, pronunciadas como si le pidiésemos a alguien que se calle. Al ejecutarlo, es importante que los ojos se abran, ya que el hígado está ligado con ellos.

El corazón resuena con las letras JAAA. El sonido y el aire se sienten pasar entre el paladar y la lengua.

El Bazo-Páncreas se trabaja con el sonido JUUU.

Los pulmones utilizan la letra Z, soplando como si se desinflara una pelota y dibujando una leve sonrisa con los labios.

Los riñones se los estimula prenunciando la sílaba Chuei.

El sexto sonido actúa sobre el meridiano llamado Triple Calentador, el cual tiene influencia sobre los líquidos de los órganos y vísceras de la totalidad del cuerpo. Este se pronuncia con la sílaba SI.*

¿Cómo los practicamos?

Hay diferentes formas de ejecutarlos. Algunas escuelas de Chi Kung, o todas, los incluyen realizando movimientos específicos, pero también pueden ser hechos en posición sentada sin el agregado de movimiento alguno.

Sentados con la columna recta y sin apoyarla sobre el respaldo de la silla, los pies separados por el ancho de los hombros y las manos cómodamente colocadas sobre el regazo o muslos.
Luego centramos la atención en la respiración. Aspiramos por la nariz, espiramos lentamente por boca hasta ir relajándonos poco a poco, sobre todo los músculos abdominales, porque, de esta manera, el diafragma tiene más espacio para moverse hacia abajo, por lo tanto, aumenta la capacidad pulmonar y se obtiene más oxígeno y energía.
Una vez relajados podemos comenzar con el ejercicio.

Durante la práctica se pueden colocar las manos en las zonas donde se encuentran los órganos sobre los que vamos a trabajar para que así sea más sencillo dirigir el sonido en esa dirección. De todos modos, lo importante es la intención con la que estos sonidos son emitidos. Es conveniente realizar los sonidos en el orden que se explica más arriba, o sea, hígado, corazón, bazo, pulmones, riñones y triple calentador.

Como cierre, recordemos que somos un instrumento acústico y poseemos nuestro propio timbre vocal. Las vibraciones armónicas que generamos - moduladas por nuestro aparato fonador- se transmiten en forma de ondas a las células del órgano en cuestión. Su resonancia afinará cada órgano y a sus diferentes funciones, provocando un equilibrio en nuestra salud cuerpo-mente.

*Los sonidos fueron escritos como se pronuncian.

Foto 2: Estatua del Dr Sun simiao en el Museo de la Medicina Tradicional China, Beijing

Publicado por Claudio

6 comentarios:

  1. Oh gracias por tan buenísima información

    Saludos desde el alma

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  2. De nada Xaro La

    Que puedas utilizarla y disfrutarla, de mi alma a tu alma.

    Claudio

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  3. Me pongo con ello ¡ya!.

    Millones de gracias por lo que dices y cómo lo dices.

    un abrazo grande.

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  4. Muchas gracias, excelente info. Lo tomo prestado, citando tu autoría, por supuesto. Alicia.

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  5. Muchas gracias. Podrian presentar los sonidos audiblemente.?

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  6. Muchas gracias. Podrian presentar los sonidos audiblemente.?

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