viernes, 17 de febrero de 2012

Chi kung: Los seis sonidos curativos

Primera parte

Desde los orígenes de la humanidad, los sonidos fueron utilizados para recibir información de nuestro entorno, comunicarnos, y sanarnos, entre otras utilidades. Y es que del mismo modo que no podemos prescindir del agua o del oxígeno, tampoco podemos abstenernos del sonido. Sucede que vivimos en un entorno aeróbico, por lo que el sonido es parte sustancial de nuestra realidad.
Como testimonio de su importancia, podemos señalar el hecho de que muchas culturas antiguas evolucionadas se han referido al sonido como fuerza creadora del universo. Por ejemplo:
“Al principio fue el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, el Verbo era Dios” ...“Todas las cosas fueron hechas por El y sin El nada pudiera haberse hecho”. Al leer estas palabras del evangelio de San Juan, queda claro que el Verbo al que alude es el sonido.
En el Hinduismo, el Om (AUM) es también considerado como el sonido primigenio y génesis del universo. La cultura Maya menciona la palabra como principio creativo, y la física cuántica postula cada vez con más certeza que el Big Bang podría haberse producido a partir del sonido más poderoso jamás escuchado.
A esto, sumemos la inquietud que llevó a los sabios del Asia antigua a ocuparse de investigar si el sonido, al ser parte integral de nuestra naturaleza, podía ser utilizado como medio de curación; y así lo hicieron. Descubrieron, tras muchos años de indagación y práctica, sus efectos sanadores.


El sonido que la naturaleza, a partir del ulular del viento, la lluvia, los truenos, el canto de los pájaros, el crepitar del fuego, el rumor de las olas, siempre ha manifestado introdujo al ser humano en un mundo lleno de armonía, consiguiendo crear estados físicos y anímicos reconfortantes, relajados, como también de alerta y atención sobre los sucesos de su entorno inmediato.
Pero reparemos en el hecho fundacional acerca de nuestro contacto con el sonido: el latido del corazón materno. Durante los meses de embarazo, los movimientos peristálticos, la respiración, como el latido cardíaco manifiestan el estado emocional, mental y físico de la madre a través de las vibraciones transmitidas por el líquido en el que el bebé se encuentra, determinando si todo marcha en orden o si se presenta alguna alteración para la vida intrauterina. No es de extrañar que esta impronta marcada durante ese período prenatal se refleje en la forma de ser y actuar del ser humano. Recordemos que estamos compuestos en un alto porcentaje por agua, siendo éste un elemento altamente transmisor de sonido, de ahí que su utilización desde tiempos pretéritos con la repetición de mantras, cantos curativos, instrumentos de percusión y la música, hayan cumplido y cumplan una función altamente terapéutica a lo largo de los siglos.

¿Qué es el sonido?

El sonido es un fenómeno vibratorio que transmite energía en forma de ondas. Las ondas se propagan por cualquier medio transportando energía. En el caso del sonido, es necesario que exista un medio material de transmisión, ya que éste no se traslada en el vacío. Estas ondas o vibraciones se producen por el desplazamiento de las moléculas del aire debido a la acción de una presión externa, como cuando soplamos aire a través de un tubo o caña, por ejemplo. Cada molécula transmite la vibración a la que está a su lado provocando un movimiento en cadena. Así, el sonido se desplaza y llega a nosotros, como si fuese una piedra que cae en un estanque de agua. Son este tipo de vibraciones las que estimulan al oído humano generando la sensación sonora en nuestro cerebro.

¿Cómo escuchamos?

El oído humano se encuentra dotado de una serie de elementos a partir de los cuales se hace posible la audición. Como no es este artículo motivo de un análisis exhaustivo de dichas funciones, me limitaré a enumerar los puntos más básicos sobre el asunto.
Estos elementos son: El oído externo, encargado de captar y dirigir las ondas sonoras, a través del orificio auditivo, hasta el tímpano.
El oído medio. En él, las vibraciones del tímpano se amplifican y trasmiten hasta el oído interno, a través de unos huesos pequeños denominados martillo, yunque y estribo.
Y el oído interno, donde reside la cóclea o caracol, donde las vibraciones se convierten en impulsos nerviosos que el cerebro transforma en sensaciones auditivas.



Las propiedades fundamentales del sonido son:

Intensidad, frecuencia, tono, timbre, tiempo de duración y resonancia. Me quiero detener brevemente en esta última propiedad, porque el efecto de resonancia es fundamental a la hora de utilizar el sonido sobre la salud física y psíquica.
Resonancia es el fenómeno que se produce cuando dos cuerpos vibran con la misma frecuencia, produciendo un efecto multiplicador o amplificador de las ondas o efectos vibratorios. Este efecto es el que produce o reactiva la sincronicidad necesaria para que funcione desde el más simple reloj hasta la regeneración de nuestra salud.
Las vibraciones y sonidos incontrolados o inadecuados, como el ruido, que es una vibración indeseable que interacciona e interfiere con el ser humano, produciendo sensaciones molestas y desagradables, pudiendo alterar las funciones del organismo, son fuente de fatiga y perturban la ejecución de tareas.
Por el contrario, las vibraciones y sonidos aplicados adecuadamente al organismo humano producen efectos beneficiosos, como sucede en medicina rehabilitadora, al punto que la prestigiosa revista “New Scientist” publicó un artículo en el que afirmaba: Técnicas mediante ondas expansivas de ultrasonido podrían usarse para tratar el cáncer sin cirugía, medicación ni radiación alguna.
En el campo de la medicina convencional, son sobradamente conocidos los aparatos sónicos y ultrasónicos, utilizados para la detección y tratamiento de distintas enfermedades, como el ecógrafo o el nefroscópio, éste último utilizado para deshacer y eliminar los cálculos renales.
En otros ámbitos de estudio, se han contrastado los efectos positivos producidos después de escuchar piezas musicales de Mozart. La forma que tiene la música de procesarse en nuestro cerebro refuerza las vías neuronales implicadas en las habilidades espacio-temporales de la corteza cerebral, además de activar simultáneamente varias áreas cerebrales.
De todas formas, cualquiera de nosotros ha podido experimentar las sensaciones y emociones que nos evocan los distintos tipos de música. Y es que, aunque resulte difícil aceptar cuánto un sonido puede modificar la energía, sea esta material o no, todos hemos sido testigos de cómo un sonido de alta frecuencia, como el producido por los aviones, puede quebrantar muros y techos, o la voz de una contralto romper copas de cristal e inclusive, modificar drásticamente la composición molecular del agua según sea el sonido al que ésta se vea expuesto. *


Nada está quieto, todo está en movimiento

Postulado Hermético que bien conocían los antiguos maestros Egipcios a partir del cual se explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la energía, de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios de sus componentes atómicos y subatómicos. Desde el TODO hasta la más basta forma de materia, está en vibración constante.
Como las galaxias, estrellas, planetas y el universo mismo, el ser humano también está compuesto por átomos o, como se los suele denominar en la ciencia física, “los ladrillos del universo”, que son campos vibrantes y resonantes en un amplio espectro de frecuencias. La unión de estos forman los aminoácidos, proteínas, moléculas, células, huesos, músculos y órganos de nuestro cuerpo. Lo que nuestros sentidos humanos perciben como materia densa son realmente los átomos que nos configuran y que emiten y vibran continuamente en las frecuencias de la vida física, mental, emocional y espiritual, formando algo parecido a un instrumento musical muy complejo, único y delicadamente afinado de forma natural.
Los Chamanes, hombres o mujeres, de todos los tiempos han utilizado y utilizan el sonido y la música como vehículo de conexión con otros planos de existencia, propiciando estados de conciencia alterada, para que el alma contacte con otras realidades espirituales y pueda, de esa manera, encontrar la solución a sus problemas y, por ende, llegar a la sanación física, mental y espiritual. En el antiguo Egipto, el ideograma que representaba la palabra “música” era el mismo que representaba los conceptos de “alegría” y “bienestar”, y en los papiros de textos médicos de 2600 años, hablaban de cánticos para curar la esterilidad y otras dolencias. Los sabios védicos sánscritos y los filósofos de la escuela Pitagórica de la Grecia clásica consideraban que todas las formas físicas eran manifestaciones de la música, indicando que el sonido aplicado adecuadamente producía curaciones, restaurando la integridad musical del cuerpo y el alma. La música, como hemos dicho, puede ir más allá de toda lógica y análisis mentales para establecer un contacto directo con sentimientos y emociones escondidos en lo más profundo de la memoria, provocando reacciones físicas y emocionales diversas. En la actualidad, se han investigado los efectos fisiológicos de la música, demostrando su incidencia sobre la respiración, ritmo cardíaco, circulación, presión sanguínea, etc.
Por todo lo expresado, no resultará difícil entender cómo y para qué los maestros de Qi Gong (Chi Kung) desde tiempos lejanos han utilizado los sonidos con el fin de reestablecer la salud o prevenir enfermedades. Pero sobre ello les escribiré en la próxima entrada.

* Sobre este último punto, se pueden observar las fotografías realizadas por Masaru Emoto en su libro: “Mensajes del agua” de las que aquí se presenta una muestra.

Publicado por Claudio

2 comentarios:

  1. Felicidades por el bello artículo!
    Detallado, profundo, y transmitiendo la esencia del tema.
    Está muy en línea con la comprensión que intentamos transmitir sobre la voz y el sonido en general, la reconexión con nuestro sonido fundamental, y a partir de allí (en el hará!) como recontruir toda nuestra curva vocal, que nos lleva a reconectar con todo nuestro eje interior.
    Da gusto ver gente con vuestra sensibilidad!
    Un cordial saludo,
    Olivier
    www.crecimiento-personal.es

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    1. Muchísimas Gracias a ustedes por visitar el blog y por este comentario.
      Un fuerte abrazo

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