Una mujer joven, poeta y de ojos brillantes contó:
Supe de un lugar en la India donde decían conservar petrificadas las huellas de Buda. Cuando estuve allí, me descalcé, me coloqué sobre ellas y al mirar no lo podía creer, ¡¡¡tenía diez dedos igual que yo!!!
Todos somos Budas.
Publicado por Claudio
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