jueves, 30 de diciembre de 2010

No puedes robar la luna

Ryokan – su nombre de ordenación – significa “vasto y bueno”. Y así fue este monje tan poco conocido en occidente y, sin embargo, considerado por los japoneses como uno de los pocos que alcanzó la perfección espiritual. No obstante, él no creía haber alcanzado nada especial; se limito a practicar zazen (meditación), cada vez más libre de todo tipo de ataduras sociales o monásticas. Puede haber quienes lo consideren un personaje excéntrico o huraño, pero basta sumergirse en el frescor de sus poemas para advertir que por su pluma habla la voz de un Maestro.

Ryokan, un maestro del Zen, vivía la vida más simple en una chozuela al pie de la montaña.
Cierto anochecer, un ladrón entró en la choza, sólo para descubrir que nada había en ella para robar.
Ryokan volvió entonces y lo sorprendió.

-Tal vez hayas hecho un largo camino para visitarme – dijo al merodeador-, y no debes irte con las manos vacías. Por favor, acepta mis ropas como un presente.
El ladrón quedó desconcertado.
Tomó las ropas y se fue a hurtadillas.
Ryokan, desnudo, se sentó contemplando la luna.
-Pobre hombre- caviló. Ojalá pudiera darle esa hermosa luna.

Ryokan – Monje Zen 1758 - 1831


Publicado por Claudio



3 comentarios:

  1. si actuamos como ladrones no somos capaces de darnos cuenta todo lo que podemos tener por nosotros mismos y por amor de los demas

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  2. Qué hermoso relato!!!! Clarísima expresión de prioridades y valores, impresionante, conciso y tan conmovedor. Muchas gracias por compartirlo, besos y abrazos!!!!

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  3. ahhh... algo más... bellísima la imagen!!!!!

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