En las últimas semanas o incluso meses, he ido escuchando con mucho agrado cómo mujeres y hombres provenientes de la medicina alópata o tradicional van inclinándose con mucho interés por el estudio de prácticas ancestrales sobre lo que bien puede denominarse salud holística o integral; el conocimiento de la mente y las emociones a través de la meditación, entre otras prácticas. El acercamiento de estos profesionales de la salud a la medicina Ayurveda como a la Medicina tradicional China, o a los diversos enfoques desde perspectivas occidentales a métodos de salud inclusivos (comprender nuestra naturaleza humana como unidad y no como partes separadas) se está produciendo de una manera silenciosa pero en un número bastante significativo. Más allá de lo que los impulsa a ir en su aprendizaje, siento que es un muy buen síntoma que así esté sucediendo ya que el alto grado de estrés que nuestra población está padeciendo, el que a simple vista parece no tener solución, hace imprescindible sumar conocimiento, pero sobre todo sabiduría (saber por propia experiencia), para poder cambiar verdaderamente hábitos por demás perniciosos y que de continuar, sólo nos conducirán a una realidad por demás desoladora y hasta me permitiría predecir que, aniquiladora de nuestra especie humana.
Por lo tanto, que cada vez más personas, médicos o no, se involucren concientemente con una vida basada en la sanación, o sea, hacerse cargo de sus decisiones de vida y la responsabilidad que les compete, podrá, en mayor o menor medida, dar un vuelco significativo a sus vidas y a la del planeta en su conjunto.
En esta primera nota de las tres que tengo programadas sobre SALUD y EMOCIONES, quiero compartir con ustedes las opiniones del Dr. Jorge Carvajal, médico cirujano de la Universidad de Colombia sobre, justamente, el modo en el que las emociones condicionan nuestra calidad de vida.
Dr. Carvajal: Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado, afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
IRA: La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.
ALEGRÍA: La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra.
La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia. La alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.
TRISTEZA: La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.
ACEPTAR LAS EMOCIONES NEGATIVAS: Cuando se aprende a aceptarlas, fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
SOBRE LA ENFERMEDAD: La enfermedad es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.
ANSIEDAD: La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.
SOLEDAD: La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.
ANGUSTIA: La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.
SOBRE EL ESTRÉS: El estrés es otro de los males de nuestra época.
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.
LA FELICIDAD: La felicidad es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente.
EL AMOR: El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.
El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. Pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.
Por último, deseo sumar esta información suministrada por científicos del Heart Math Institute de los Estados Unidos, sobre los efectos de nuestros pensamientos y emociones en el ADN.
Cuando supeditamos nuestra vida al terreno del pensamiento o actitud negativa (miedo), nuestro ADN se contrae y lo replicamos con esa marca o condición, la cual no queda limitada a nuestro campo o cuerpo, también es la “carta de presentación” con la que nos relacionamos con el entorno. Ahora, cuando estamos en serena alegría, en el corazón (amor), nuestro ADN se estira codificándose a partir de esa energía vibracional y se multiplica transmitiendo dicha información a las demás células. Por ende, todo nuestro comportamiento para con nosotros y los demás estará sujeto a esa cualidad.
Lo que quiero señalar es que somos CREADORES de nuestra vida. Por lo tanto, cada quién deberá poner especial atención a cómo quiere que pueda ser su vida. Y hay sólo dos puertos desde donde partir para lograrlo: AMOR o MIEDO. De estas emociones, se desprenden todas las restantes.
El instituto Heart Math está dedicado desde hace 15 años al estudio de los pensamientos y emociones sobre el funcionamiento del cerebro y el corazón. La inteligencia del corazón, como ellos la denominan, es la capacidad de estar en sincronía con el cerebro en una actitud de COHERENCIA.
Por lo tanto, que cada vez más personas, médicos o no, se involucren concientemente con una vida basada en la sanación, o sea, hacerse cargo de sus decisiones de vida y la responsabilidad que les compete, podrá, en mayor o menor medida, dar un vuelco significativo a sus vidas y a la del planeta en su conjunto.
En esta primera nota de las tres que tengo programadas sobre SALUD y EMOCIONES, quiero compartir con ustedes las opiniones del Dr. Jorge Carvajal, médico cirujano de la Universidad de Colombia sobre, justamente, el modo en el que las emociones condicionan nuestra calidad de vida.
Dr. Carvajal: Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado, afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
IRA: La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.
ALEGRÍA: La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra.
La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia. La alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.
TRISTEZA: La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.
ACEPTAR LAS EMOCIONES NEGATIVAS: Cuando se aprende a aceptarlas, fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
SOBRE LA ENFERMEDAD: La enfermedad es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.
ANSIEDAD: La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.
SOLEDAD: La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.
ANGUSTIA: La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.
SOBRE EL ESTRÉS: El estrés es otro de los males de nuestra época.
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.
LA FELICIDAD: La felicidad es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente.
EL AMOR: El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.
El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. Pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.
Por último, deseo sumar esta información suministrada por científicos del Heart Math Institute de los Estados Unidos, sobre los efectos de nuestros pensamientos y emociones en el ADN.
Cuando supeditamos nuestra vida al terreno del pensamiento o actitud negativa (miedo), nuestro ADN se contrae y lo replicamos con esa marca o condición, la cual no queda limitada a nuestro campo o cuerpo, también es la “carta de presentación” con la que nos relacionamos con el entorno. Ahora, cuando estamos en serena alegría, en el corazón (amor), nuestro ADN se estira codificándose a partir de esa energía vibracional y se multiplica transmitiendo dicha información a las demás células. Por ende, todo nuestro comportamiento para con nosotros y los demás estará sujeto a esa cualidad.
Lo que quiero señalar es que somos CREADORES de nuestra vida. Por lo tanto, cada quién deberá poner especial atención a cómo quiere que pueda ser su vida. Y hay sólo dos puertos desde donde partir para lograrlo: AMOR o MIEDO. De estas emociones, se desprenden todas las restantes.
El instituto Heart Math está dedicado desde hace 15 años al estudio de los pensamientos y emociones sobre el funcionamiento del cerebro y el corazón. La inteligencia del corazón, como ellos la denominan, es la capacidad de estar en sincronía con el cerebro en una actitud de COHERENCIA.
Publicado por Claudio
defender la alegria como una trinchera (Benedetti) qu e el amor haga que el miedo desaparezca para siempre de nuestras vidas y ahí sin excusas: ser felices
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