jueves, 27 de septiembre de 2018
¿Qué elgíis?
Dos cartas. Una dice: "Miedo". La otra, "Amor" ¿Cual elegís?
Espera; no te apures. Si escogiste la carta del amor, es porque tenes miedo de sentir miedo es decir, estás optando desde el miedo pero, aún no lo sabes.
Si elegiste el miedo como carta, seguramente estás pensando en que hay que derrotarlo para que de ese modo, prevalezca el amor. Lo siento, también te equivocas. El miedo no se derrota, sólo se lo puede iluminar viéndolo a los ojos profundamente desde el amor que ya somos. Pero para eso, es preciso no elegir una carta en contra de la otra. No hay que escoger ninguna. Hay que andar desde la comodidad que el miedo te vendió en forma de objetos, paseos, relaciones divertidas es decir, desde la distracción hacia, la incomodidad del desapego. Y para ello, no hacen falta valientes sino, seres humanos hartos del embotamiento mental que los medios, a los que tanto adoras y sin los cuales supones que la vida como la conoces no existiría, incansablemente azuzan para que te aturdas, te enclaustres y, angañosamente creas que elegís por los "buenos" cuando, en verdad, no hay buenos o malos sino, estrategias hábiles de un sistema global para mantenerte en la comodidad glamorosa del miedo que no ves e inclusive, ni sospechas que existe, debajo de todo objeto como detrás la sonrisa del sujeto que tantas promesas te asegura y admiras.
No prefieras. Observa sin interferir y verás cómo funciona todo este intrincado engranaje y entonces, dolor mediante porque, como ya dije, despertar duele, VERÁS por primera vez. Una vez allí, en la totalidad de lo que ES, descubrirás el engaño de, !elegí¡ !elegí¡ o, te quedarás afuera de la rueda de la "felicidad".
¿Que por qué te hablo así? Por que afuera no hay nada. NADA, ¿si? La única revolución es, la revolución interior. Si la transformación no se produce desde tu adentro, no habrá otra realidad que vivir del engaño y la esclavitud de la mente, el cuerpo y el alma que el sistema a través de la política, la economía, la religión, la educación y la salud, con la colaboración necesaria de los medios (lo controlan todo aunque, por supuesto, al igual que yo ahora, hay excepciones) impone pero, con la sagacidad de quienes conocen perfectamente como adormecerte para que nunca despiertes.
Es como el FMI que presta, para que nunca se le devuelva y quedes atado a su danza macabra.
¿Que sueno apocalíptico? Como digas pero, para saber si miento, solo hace falta que acalles toda crítica. Que te detengas un rato cada día y te VEAS; te SIENTAS en silencio. Que escuches las palabras que usas tanto para definirte, como para referirte a los demás y descubras cuánto decís por otros sin siquiera notarlo, convencido de que ese lenguaje es "tu pensamiento reflexivo".
¿Por qué te incomodan mis observaciones? porque lo que viniste a hacer acá no es a alimentar un sistema que sólo desea cautivarte para su propio beneficio, no. Viniste para algo que tendrás que descubrir por vos mismo y que se encuentra exactamente donde ahora estás. Debajo de toda esa capa de miedo adornada de tecnología, ropa de marca, consumo, redes sociales y...todo lo que ya sabes.
Insisto, si te incomodan mis palabras y acciones, esa es la confirmación de que estoy en lo cierto porque, de lo contrario, o estarías compartiendo tu SER real en cada respiración y con ello aportando el amor que ya sos a cada instante o, en el peor de los casos, y como mayormente ocurre, huyendo de todo esto, para continuar cultivando "lo divertido". Cuando algo aprieta mucho no hay punto medio, o te vas adaptando o te revelas.
Cada quien despertara a su hora, lo se. Sin embargo, como mi misión en este plano y con esta vida que late en todo mi ser es la de comunicar y transmitir amorosamente y con respeto lo que se me ha ido enseñando, a ello me aboco y lo comparto para que el universo, manifestado en todas y cada una de las infinitas formas, al tiempo y de la manera correcta, lo pueda escuchar. Se puedan escuchar y de ese modo, cuanto más revolución interior suceda, mayor será la cantidad de seres iluminados que debilitaran el miedo. Es simple, entra en una habitación oscura y encende un fósforo y verás lo que acontece.
Entonces, no elijas. No te partidices o sea, no te partas, recorda que de hacerlo ganan ellos.
Atrevete a estar vivo, a estar despierto acá, donde ahora te encuentres porque esa consciencia despierta será la guía de tu vida y la de aquellos que, llegada su hora, te acompañen. Que así sea y, cuando suceda, no consideres las acciones cotidianas surgidas de ese amor real como mínimas. No, no hay en ello nada nimio, por el contrario, hay acción compasiva que cuando sucede, lo abarca todo.
Yo, mientras tanto, te espero; porque esta es mi tarea también, solo cumplir con mi parte indefinidamente y pacientemente. Sentar en zazen, y dejar la puerta abierta para que entres y te sientes conmigo, juntos. ¿venís?.
Gassho
Shodo Rios
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Asi es y asi sera, gracias!:)
ResponderEliminarMuchas gracias por el artículo.❤️
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