Un deseo profundo vive en mí: ser un día el rostro de una sombra sin imagen alguna y sin historia. Ser el eco de un canto a penas acorde que señala a sus hermanos. La libertad del espíritu.
Atahualpa Yupanqui
Desde muy
chico sentí por don Atahualpa Yupanqui un gran respeto y admiración profunda.
Por aquel
entonces, lo sentía como una especie de abuelo, de esos abuelos sabios de los
que nos cuentan las viejas historias.
En su
palabra yacía una cualidad poco frecuente por estos días, el silencio y, en
su guitarra, los árboles, los ríos y los pájaros cantaban las voces de todos
los tiempos.
Sus manos y
su rostro invitaban a recorrer la aventura siempre incierta de los caminos, de
esos caminos que se trazan a cada huella y que se aprende a andarlos lento y
sin prisa para no perder de vista el paisaje del que se sentía propio y a su
vez ajeno. Ajeno como quien anda de paso por estas tierras. Un huésped que las
montañas y su Cerro Colorado (localidad de la provincia de Córdoba,
Argentina, donde residió) no dudaban en recibir a cielo abierto.
Más cercano
en el tiempo y luego de adentrarme en la práctica del zen, me descubrí un día
cualquiera mirando en sus ojos a un gran maestro zen, pero acriollado. Después
de todo, me parece, los maestros con mayúsculas no tienen patria o fronteras
que limiten su travesía y su enseñanza, allí por donde sea que se encuentren
llevan su saber sin hacer bandera, como se dice por acá, les basta un gesto, un
ademán o simplemente la mudez de una roca para decirlo todo. Si hasta en países
tan lejanos en lengua y cultura del argentino, le supieron amar y escuchar con
meditativa atención como si de alguna manera supieran a ciencia cierta lo que
este hombre cantaba en sus versos y poemas. En fin, cómo no comprender la
lengua que el corazón habla si no hay humano que no lo tenga. Pero eso sí, no
alcanza con que lata y nos perfume de sangre fresca, es necesario saberlo
escuchar.
En él, esa
escucha reverberaba en la madera de su guitarra, la que provenía del árbol, de
la semilla madre y del polvo cósmico.
Don Ata,
como cariñosamente le llamaban sus más íntimos, nos dejó en su prosa y en su música
muy amablemente y como mate recién cebado un acertijo bello y cruel, profundo y
misterioso como estas pampas, el acertijo que nos anime a desentrañar los
senderos del alma.
La palabra sagrada
Antes que los hombres pronunciaran la palabra sagrada,
ella habitaba donde el viento dormía.
El sol y los pájaros de un antiguo universo
conocían la existencia de la palabra sagrada.
Un día despertaron todos los vientos.
Nacieron todos los llantos.
Floreció la injusticia, las diferencias
la esclavitud, y las sombras.
Entonces, todos los hombres buenos, los rústicos
los heroicos pensadores de la vida,
unieron su coraje para llenar de luz
la palabra sagrada.
Recuperada y alta.
Más alta que todas las montañas
¡LIBERTAD!
Atahualpa Yupanqui
Atahualpa Yupanqui, suedónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburu, fue un cantautor, poeta y escritor Argentino. Nació el 31 de enero de 1908 en Pergamino, Pcia de Bs As, y falleció en 1992 en Nimes, Francia. Pese a haber nacido en la Pcia de Bs As, siempre se lo considero Tucumano pues, es donde se radico principalmente aunque supo ser hijo dilecto de cada ciudad o pueblo que habito.
Entre sus discos se destaca: El canto del viento, El payador perseguido que, también fueron libros editados en los años 1965 y 1972, respectivamente. "Piedra sola" fue el primero de sus libros editado en el año 1939.
"La palabra sagrada", de dónde surge el poema homónimo , es del año 1989.
Publicado por claudio
Qué grande!!!
ResponderEliminarSi, Ane, Un grande de verdad.
EliminarGracias por tu comentario amiga
Abrazos
Que bueno que publiques la obra de artistas argentinos.
ResponderEliminarPienso que si son maestros, porque sus canciones, sus poesías, están escritas con palabras que manifiestan la sabiduría del amor a la naturaleza, a la tierra, al prójimo, a la vida, son creaciones que enriquecen la sensibilidad, el alma de quienes las leen.
Gracias Claudio
Abrazo!!!
Gracias Lucía. Esa es la idea, subir al Blog algunas obras de poetas y artistas argentinos que han sabido adentrarse en la vida profunda de las cosas y los seres, con la sola intención de compartir con los que sientan ganas de conocer e indagar sobre la obra de esos artistas.
EliminarAbrazos
Atahualpa dice que "la libertad es una forma de mirar la vida"
ResponderEliminarTiene el don de observar lo que está a disposición.La naturaleza es generosa y él la venera ,sabe que es su maestra,la escucha,la ve ,la huele.
Es un testigo y lo cuenta con las palabras y la música que ella le dicta .Se integra a ella porque se reconoce en ella.Nunca habla desde afuera.
Cuando lo escucho me está diciendo que vea ,yo giro y a mi alrededor veo y el universo se agranda y todas sus palabras son sagradas.
GRACIAS POR ESTA NOTA EN TU BLOG!. ABRAZOS
De nada Adriana
EliminarDesde ya, coincido con lo que decís sobre todo, por lo mucho que siento que nos hace falta escuchar esa naturaleza.
Abrazos