viernes, 11 de noviembre de 2011

Siempre igual, siempre distinto



¿Cómo, repentinamente o en el tiempo que demoro en parpadear, lo obvio, lo conocido se vuelve reveladoramente nuevo? Con mis pies hundidos en la arena húmeda, miro el mar, ¡como si fuera la primera vez!
¿Acaso el viento me olvidó de mí mismo y me volvió sal, arena, agua, cielo?

Publicado por Claudio

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