viernes, 25 de noviembre de 2011
Desapego
El desapego es leído algunas veces como el desinterés o la desvalorización de las cosas.
En el Budismo, el desapego se entiende como la capacidad de haber comprendido la ley natural de impermanencia, el movimiento perpetuo de toda forma de existencia. Comprender, en definitiva, que todo pasa, igual que las nubes por el cielo, que todo finaliza, como los ciclos, y que la energía no se destruye, se transforma. Alcanzar tal comprensión permite vivir en un estado de dicha y conciencia plena, así como de total gratitud y respeto por el momento presente.
El maestro Ryokan nos lo explica desde su profunda sabiduría:
Conozco a muchos hombres en este mundo ávidos de esto o de aquello.
Son como gusanos de seda ciegos; encerrados en sus capullos.
Presas de sus insaciables deseos hacia este universo mundano.
Pierden su libertad y destruyen su corazón y su cuerpo.
Año tras año, su innata bondad pierde fuerza.
Y cuanto más pasa el tiempo, más se arraigan en su locura.
En un solo instante echan por tierra su viaje hacia la eternidad.
Después tienen que ir solos, sin un sonido que les ayude.
Todo lo que han acumulado lo dilapidan en pos de su disfrute.
Y en cuanto partan, sus nombres quedarán olvidados.
¿Hay mayor locura que la de estos inocentes?
¡Ay! En lo más profundo de mi corazón tan sólo suscita un dolor infinito.
Ryokan (1758 – 1831) Monje zen.
Publicado por Claudio
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Si nado en el río, me relaciono con él pero no me apego , simplemente me reconozco en él.Somos lo mismo. Solo se puede apegar a lo que es ajeno a nuestra propia naturaleza.Por lo que comprendo que el desapego es el profundo conocimiento de lo que somos en escencia.
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