miércoles, 24 de agosto de 2022

Chi Kung: La postura del Árbol II

La postura del árbol Chi Kung



Cuando tengas dudas de a qué has venido a este mundo, planta un árbol que de seguro, él sí lo sabe y te guiará.. Al hacerlo y verlo crecer, quizás, te recuerde que como él, vos también tenes un potencial (semilla). Que has echado raíces, (tus ancestros y una historia por sanar)  Que habitas un cuerpo que erguir dignamente (tronco), Que posees  brazos con los cuales abrirte al devenir y confiar (ramas) Que tus sentidos y tu mente han de aprender a apreciar lo que es de lo que no és, tomando la vitalidad del cielo para comprender correctamente el rumbo de aquello para lo que te has decidido alguna vez experimentar (Hojas) y que tus frutos, como los del árbol, serán el resultado de todo cuanto aprendas, des aprendas o te niegues a conocer de vos mismo para poder hacer con ESO que SOS lo que está llamado a ser hecho.Nota: La postura del árbol es una forma de Chi Kung conocida como Zhan Zhuang, muy tradicional que, al practicarla, ofrece los siguientes beneficios:

Fortalecimiento muscular:

Los Músculos profundos se encuentran más cerca de los órganos y de los huesos.  Este tipo está asociado al mantenimiento de la estabilidad y la salud de nuestra espalda. Gracias a ellos podemos permanecer verticales. Por ejemplo, son los que permiten que la cabeza se sostenga sobre el cuello a lo largo del día. 

Los músculos superficiales se encuentran debajo de la piel. Están diseñados para movimientos de fuerza o de gran amplitud. Por ello, que su función sea para acciones intermitentes y de mayor novilidad. Por ejemplo, cuando nos flexionamos hacia delante o nos arqueamos hacia atrás.

Generalmente, la musculatura profunda está “desequilibrada”. De ahí las frecuentes contracturas, las sobrecargas en los discos, etc. Este “desequilibrio” es el causante de que en un inicio de la práctica estática (Zhan Zhuang) pueda pensarse que supone un gran esfuerzo. Y no es más que una muestra de la necesidad de fortalecimiento. 




Aumento del riego sanguíneo periférico, pudiendo llegar a experimentar sensación de calor en manos y/o pies. Ello es debido al trabajo interno fisiológico que se realiza, liberando la energía en forma de calor. 

Aumento del Qi (energía).

Fortalecer el aparato de sostén. (Huesos)

Desarrollo de fuerza y resistencia muscular, especialmente en el tren inferior. Es un desarrollo de fuerza sin que se aumente la masa muscular.

Calma mental. La quietud física nos aporta una escucha interna en la que el “monito saltarín” de la mente desaparece o se aquieta.

Encontrar en la quietud del cuerpo el movimiento; la respiración. Llevar una respiración consciente desde nuestro bajo vientre, o, en su defecto, comenzar a practicar con el ritmo respiratorio que cada uno pueda, hasta alcanzar una respiración completa, con lo que se va a favorecer la distensión diafragmática, y a su vez, se va a realizar un masaje interno a riñones, bazo-páncreas/estómago, hígado, intestinos, así como a favorecer el tránsito digestivo. 

Tomar conciencia del alineamiento del cuerpo. Frecuentes problemáticas tales como: ciática, escoliosis, cifosis, lordosis, genu varo (rodillas hacia afuera) o genu valgo, (rodillas hacia adentro) entre otras, pueden ser revertidas o bien reducir su intensidad con esta sencilla práctica estática de Chi Kung (Qi Gong)

Recomendación: Comenzar a practicar el abrazo del árbol tres mintos diarios y luego, ir aumentando la frecuancia en minutos y repeticiones diarias. 

Tambien se practica en la postura del Jinete, (como si estuviesemos montados a un caballo con los dedos de los pies apuntados al frente) bajando la posición hasta donde sea posible. 

Con el tiempo, se logra permanecer hasta media hora o más y en posturas cada vez más bajas. Esto no es requisito para su práctica, es suficiente con la postura que se muestra en la imágen.

Daniel Shodo - Profesor de Chi Kung

En las imágenes verán la postura.

 


Postura del Jinete Ma Bu


martes, 16 de agosto de 2022

¿Por qué estamos aquí?


Aquí les dejo este otro video con la historia completa que alguna vez ya publiqué en este blog.
Gracias
Daniel Shodo

domingo, 7 de agosto de 2022

Tai Chi/ Chi Kung: "El cuerpo/espíritu del practicante



La modalidad bajo la cual transmito e imparto mis clases de Chi kung/ Tai chi, o mi propio método, es transmitir un sentido orientado a la toma de consciencia del cuerpo/mente que somos y cómo este sistema indiviso, orgánico y energético funciona, a los fines de estimular en el alumno, la curiosidad, la indagación y el conocimiento al que cada uno pueda acceder, experiencia mediante, clase tras clase.

El alumno llega a las clases con lo puesto, como suelo decir, osea, su historia escrita en un cuerpo mayormente dolorido, estresado, dañado de un modo u otro por un trajinar diario exigente, competitivo y hasta agresivo con sigo mismo o, su contrario, sedentario y poco afecto a ocuparse responsablemente de su salud. 
Partiendo de cómo cada uno llega y apreciando el tiempo que se permiten para ir tomando el aprendizaje dado, lo que suelo señalar es el hecho de que, como han tratado su cuerpo en lo cotidiano y como sea la relación que con él han establecido, es la manera en la que ese cuerpo se mostrará en las clases. Por esa razón es que invito siempre a observar el cuerpo desde las sensaciones que se perciben en cada ejercicio realizado, pues, es la sensación la puerta de ingreso para ir tomando, paso a paso, más y mejor conciencia propia. Esa conciencia será vital para comprender que la vida es un proceso, no un estar estático basado en determinismos y conclusiones. Es un proceso porque se trata de algo vital que se encuentra en constante movimiento y transformación.

Lo que dificulta esta comprensión es el hecho de que la mente, que sólo vive del pasado, recuerdos y semblanzas auto adquiridas no conscientemente, lleva a ese cuerpo a ejecutar respuestas condicionadas por ese pasado que se materializan en el único tiempo real, el presente, pero, sin ser apreciado ese lapso pues, se está gobernado por dicho accionar sistémico el cual, durante las clases y al tener que verse siendo los protagonistas de cada hacer desde el cuerpo, no dejará otra opción que ver cómo se refleja en sus formas, ese historial de vida. Luego, será el propio alumno quién decida si continuar el camino hacia su evolución o,simplemente, quitar los ́síntomas y seguir como si la vida fuese nada más que un mercado de consumo y obtención de satisfacciones momentáneas hasta caer, una vez más, dentro del mismo planteo repetitivo y en ocasiones, adictivo de comportamiento.hasta que algo en el camino se rompa y no quede más remedio que ocuparse de atender, ahora sí y con el dolor que esa situación siempre conlleva, lo que hasta ese día, sólo se ocuparon de negar u ocultar.




Un ejemplo: Cuando nos ubicamos en tiempo y espacio, esto es, parados sobre nuestros pies con las rodillas levemente flexionadas y con un ancho de hombros para desde allí movernos, avanzar en cualquier dirección o retroceder, lo primero que suelo notar es que lo que el alumno mueve son sus ojos acompañados de su cabeza para orientar el sentido al que nos dirigimos, lo cual es un proceder natural de todo cuerpo. Sin embargo, lo que se observa a continuación (dejando de lado que se está aprendiendo y en ese derrotero es lógico y hasta saludable esperar errores como parte del aprendizaje) que la dirección escogida por la forma que se practica, por ejemplo avanzar hacia uno de los flancos, se realiza tan sólo con los brazos, con las piernas o a penas con parte del cuerpo. Qué quiero señalar con esto que, esa respuesta, la de ir parcialmente en la dirección tomada, no está dada por lo que aún se está aprendiendo y no se conoce sino, por el condicionamiento que se tiene con el pasado, vivir segmentado (somos nada más que el lado habil y del resto nada o poco se sabe), 
Del mismo modo les sucede en el mundo ordinario; es decir, no se llega áun a contemplar la totalidad como ser vivo que se es, tan sólo la parcialidad de quién no se mueve conscientemente con todo el cuerpo/mente; y por eso tan siquiera lo hace a medias, como quien duda de si ir, o quedarse, de sí, con un poco es suficiente o, en su defecto, se dirige a su objetivo con tanto empeño, auto exigencia y arrebato, que se pasa del punto utilizando más vitalidad de la requerida.
La pregunta en estos casos que tan habitualmente suceden en las clases sería: ¿No es de esas maneras que ese alumno o alumna se comporta en su vida diaria pero, sin notarlo a causa de la falta de atención sobre sí mismo? 
En síntesis: O se vive con todo el cuerpo o, se vive a medias.

Aprender a caminar, no es nada más que mover los pies de forma biomecánica; Caminar, desplazarnos en la dirección que decidamos, precisa de un cuerpo entregado y confiado, de una mente alerta y calmada y de un espíritu asertivo, abierto a la incertidumbre del devenir el cual, nunca está sujeto a nuestras decisiones como sí,lo está el andar, el practicar, el entrenar o el prepararnos para nutrirnos de aquello que deseamos saber. 

Cuando realizamos los paso de la grulla, el tigre o el oso, cuando acariciamos la crin del caballo o empujamos montañas (posturas y formas de chi kung y tai chi) es menester, para una correcta postura ante la vida, hacerlo con la totalidad de lo que como humanos somos. Cuando mis alumnos halagan las formas sinuosas, armoniosas y agraciadas que muestro de estas disciplinas maravillosas y milenarias, siempre les recuerdo las palabras de Lao Tse, "Un camino de mil pasos, comienza con uno" y el camino o Tao sobre el que transitamos, somos nosotros mismos.

Daniel Shodo - Profesor de Chi kung/ Tai Chi


lunes, 1 de agosto de 2022

El libre albedrío, no existe.




El alma desciende al cuerpo físico sabiendo a qué viene: a aprender experimentando aquello que aún no sabe o no comprende.

En el camino, se las verá con la personalidad o el ego, esa construcción hecha por la crianza, la escuela y la sociedad, pero, sobre todo, por la forma en que esos vínculos hayan impactado en nuestra psique.
Ese ego también buscará hacer todo aquello que el sistema de creencias le dice que tiene que hacer para ser aceptado en este mundo. Lo que aún desconoce, es que no es él el que elige sino que lo hace a través de los mandatos, doctrinas y dogmas impuestos.
Hay en nosotros, más vidas ajenas que propias llevando el timón.

El alma, por su parte, posee la consciencia de aquello a lo que ha venido, y hará cuanto esté a su alcance para lograrlo y continuar el camino de regreso de la materia, al mundo de lo sutil. Para eso, necesita que el humano donde se halla, despierte del adormecimiento social, educativo, político, religioso, familiar o cultural que lo ata y condiciona para "ser", lo que debe ser y encaje a los intereses del sistema productivo.
Mientras tanto, si el ego queda demasiado prendado de esos paradigmas imperantes que toda institución se ocupa de instalar y controlar, mayormente por ignorancia y miedo de sí mismo, el alma, entonces, dejará ese cuerpo y se ocupará de habitar otro, a los fines de continuar con su aprendizaje.

Por lo tanto, no hay nada que podamos llamar libre albedrío. Esto ha sido una falacia más del sistema para hacer creer que se escoge a voluntad e independientemente de cuánto nos rodea siendo verdad lo contrario. Por un lado, impide ese acto de "libertad", lo que aquí manifiesto, es decir el predeterminismo del alma. Por otra parte, cada vez que tomamos o desechamos un camino, este es sólo posible en relación a causas y circunstancias osea, elementos ya existentes de entre los cuales aceptamos unos y rechazamos otros.

Esto quiere decir que, por mucho que no queramos admitirlo, siempre e indefectiblemente, estaremos ligados a múltiples causas preexistentes sin las cuales lo que elegimos o despreciamos, no sería posible.

En el mejor de los casos, cuando elegimos, si hay una observación clara y objetiva al hacerlo, podremos ser conscientes de ese predeterminismo del alma (algo que por lo general ocurre crisis mediante) y, en ese caso, la vida que la persona lleve adelante, se verá ligada a esa alma para hacer y tener pero ahora, desde esa condición y no, de los mandatos adquiridos.
Dicho de otro modo, hecha la experiencia con, por ejemplo, un tipo de alimentación y reconocer el daño que esto nos provoca, elegiremos, de entre todo el amplio espectro de alimentos disponibles, aquellos que mejor acompañan el buen funcionamiento del cuerpo y la mente para que el alma, en un cuerpo sano, (condición sine qua non para crecer en todo sentido) pueda echar manos en todo cuanto ha venido a vivir para evolucionar y continuar viaje.
Llegado a este punto, confirmaremos la existencia de esa alma, cuando ya nos no limitemos a escoger entre lo malo y lo bueno sino, entre lo bueno y lo mejor de nosotros mismos y nuestras circunstancias inmediatas.

Daniel Shodo