Me adueño de esta frase, por así decirlo, que en el Ho oponopono se utiliza como mantra a los efectos de ayudar a dejar ir o soltar aquello que impide nuestro desarrollo en algún área de nuestra vida. El mantra es, saco el tapón.
Que el tapón esté en nosotros surge de un principio que dicta: "el mundo es como cada uno lo ve". Por mundo vale tanto para referirnos a la realidad social, como personal de quien observa o, debería decir, reacciona a lo que "ve".
Si el mundo es lo que vemos de él y no lo que es, entonces, cabe la pregunta de: ¿quién ve ese mundo y desde dónde lo hace?
Generalmente el que reacciona o sea, responde desde una conducta aprehendida en el pasado y automáticamente le adosa a esa realidad su sello personal, es el subconsciente. El niño interior que, apegado a su propia versión de la historia, responde al tiempo presente (que no puede vivir conscientemente por la misma razón que lo aprisiona, el pasado y que repite sin cesar) con maniobras que le permitan rápidamente reforzar o regresar a su lugar de seguridad, de "certeza"; la certeza de que allí, en su mundo interior, nada ni nadie lo dañara.
Un ejemplo de esta conducta la tiene toda persona que frente a lo que sucede, se justifica, excusa siempre o hecha culpas y nunca se responsabiliza de sus actos.
Es cierto que también podemos ver el mundo desde alguna virtud o cualidad consciente y desarrollada (amor, respeto, gratitud), pero, la diferencia sustancial es que, si la respuesta dada es desde ese espíritu, se tratará de una acción y no de una reacción; es decir, respuesta de y en tiempo presente.
Para poder ver la diferencia entre una y otra, es necesario dedicar un tiempo diario a prestarse atención. Atención en la palabra, el cuerpo, la mente, las emociones. Al hacerlo, iremos verificando qué componentes psicológicos/emocionales nos constituyen para entonces, aprender a discernir entre acción y reacción. Tengamos presente que no es lo que sucede o sucedió lo que nos afecta, de un modo u otro, lo es la manera en la que esa experiencia fue incorporada o lo que hicimos con ella.
Tirar del tapón es el acto consecuente de que somos nosotros quienes, sin intención, por supuesto, lo hemos puesto allí, obturando nuestras posibilidades de crecimiento o, se trata de un tapón producto de alguna experiencia pre o pos natal que no pudimos evitar vivir de un modo específico, lo que genero la acumulación de un agua sucia que sigue en el fondo de la mente y que necesita ser vista, palpada y reconocida como tal, si de corazón deseamos limpiarla; una salvedad, si de esa agua nace simbólicamente hablando, nuestra flor de loto, eso significa que hemos aprendido a valernos de lo oscuro (el compost) para emerger hacia lo claro; sin mugre (conflictos) no hay defensas ni aprendizaje porque estas son posibles tras un largo trabajo de nuestro sistema de vida a partir de lo cual ese sistema se fortalece. Dicho de otro modo, si buscamos vivir en un estado de asepsia permanente, tanto en lo corporal como psicológico, sólo acabaremos logrando lo contrario, enfermarnos.
Un ejemplo que me viene a la mente, es el de esas personas que se empeñan en mostrarse siempre impecables por fuera y por dentro y que, de tanto esfuerzo por mantener las formas, terminan confirmando que : "Nada es más evidente que lo que se desea ocultar"...
El camino del medio o, evitar los excesos, es la clave al momento de atender nuestras trabas o tapones. No querer soltarlo todo ni esperar vivir aplastados debajo de ese todo. Si permitimos que así suceda, no estaremos viviendo plenamente; a penas sobreviviendo.
No querer soltarlo todo significa adquirir la capacidad de aceptar (todo vez que aceptamos estamos sanando el 50% del daño) que habrá que aprender a vivir con ese barro (recuerden que de allí puede nacer un bello loto) por lo que sacaremos el tapón hasta donde nos sea posible. Hay algo que no debemos pasar por alto y es que, Dios, la Divinidad, el Tao, etc, es siempre la fuente que da vida y que también la renueva o recicla. Esto es a lo que mi amigo Lito Ángel Magistris se refería toda vez que me decía, "Enfocate en tu dicha y deja que el universo haga el resto". El universo hará lo propio siempre y cuando seamos claros en bien decir qué queremos y para qué lo queremos. Gracias amigo y maestro, donde hoy estés.
Para dar un descanso por ahora les ofrezco esta guía:
Ser conscientes de qué vemos y desde dónde. Practicando la atención plena.
No hay límites. Si cada uno ve lo que ve eso significa que podemos construir cada uno su propia realidad. Aceptando que lo único verdadero es que en la vida nos toparemos con personas que verán lo que quieran o puedan, nos guste o no.
Estar atentos y concentrados en cuerpo, mente y emoción con lo que sea que estemos haciendo
Recordar que el único tiempo que existe es éste. Aquí.
Que el amor es el don supremo desde el cual la felicidad es posible. Amen lo que hacen y disfruten a pleno de lo que les gusta.
El poder esta en nosotros o sea, la capacidad para construir nuestra realidad está en cada uno, nunca afuera.
La verdad, es la medida de tu efectividad. El camino es siempre más importante que la meta.
Gracias, gracias, gracias.
Shodo Rios
Dedicado a mi amigo, maestro y mentor, Ángel Lito Magistris quién falleció el 12 de julio último y a quien le estaré eternamente agradecido por su presencia en mi vida. Junto a él y, a lo largo de 30 años de amistad, reí, disfrute y goce plenamente de mucho de lo que hoy vivo y puedo también, enseñar. Gracias, Te amo.