domingo, 22 de abril de 2018

La degradación del lenguaje: una pauta más de la sociedad adolescente que se construye desde la política, los medios y las redes sociales.





“Porfi”, “Okis”, “info”, “Oli” son solo algunas de las muchas palabras mutiladas que se escriben u oyen a diario las cuales surgen a su vez, de una mentalidad también mutilada de pensamiento crítico, reflexivo o carente de razonamientos profundos.
No es necesariamente negativo que los así llamados adultos quieran ocuparse de que la vejez no los aborde de manera abrupta pero, la carrera absurda e inevitable por evitarla, no hace más que acortar el destino del que con tanto pánico se intenta escapar.

Al respecto, Marcel Danesi, profesor de antropología y autor del libro “Forever Young”, describe este síndrome colectivo: “la adolescencia se extiende hoy hasta edades muy avanzadas, generando una sociedad inmadura, unos sujetos que exigen cada vez más de la vida pero entienden cada vez menos el mundo que los rodea. La opinión pública tiende a considerar la inmadurez deseable, incluso normal para un adulto. Como resultado, cunde una sensación de inutilidad, de profunda distorsión: quienes toman las decisiones cruciales suelen ser individuos con valores adolescentes. Va desapareciendo la cultura del pensamiento, de la reflexión, del entendimiento y es sustituida por el impulso, la búsqueda de la satisfacción instantánea, (la compra compulsiva y el divertimento a toda costa) La infantilización se impone”.

Lo que parecen expresiones inocentes y hasta divertidas, como las que señale párrafos arriba, no son más que carteles luminosos que advierten de cómo el ser humano va siendo el propio autor de su acción infantil al no considerar que dichas palabras disminuidas no solo gramaticalmente sino, emocional y psicológicamente, lo van posicionando muy lejos de una vida basada en la capacidad de asumir compromisos, responsabilidades y la toma de decisiones nacidas ya no de la mera reacción sino, de un discernimiento y percepción profunda de la realidad con lo cual, la realidad pasa a ser vivida más como una película de terror habitada por zombies o ciudadanos bajo sospecha de criminalidad o delito que lo que es o sea, una paleta de hechos y acontecimientos de múltiple diversidad de acciones y vidas como consecuencia de nuestras acciones sean estas, conscientes o no.
Es sumamente importante recordar que cuanto menos vocabulario se posee y a su vez éste se destruye o simplifica al ritmo acelerado en el que se vive volviéndolo en meros ruidos honomatopéyicos, igualmente proporcional es el deterioro neurológico con sus consecuentes derivaciones en una cognición  y juicio de valor pobre o incluso inexistente. Más aún, tengamos en cuenta que, no son sólo palabras las que expresamos al abrir la boca sino también, sentimientos los cuales, al reducirse drásticamente la palabra quedan igualmente rotos o bloqueados dando paso o lo que se denomina adicción es decir, imposibilidad de canalizar los que se siente por medios naturales.

Continúa diciendo Marcel Danesi: “El discurso político se simplifica, dogmatiza, se agota en sí mismo, se limita a meras consignas, sencillas estampas o slogan carentes de veracidad. Pierde la complejidad que correspondería a un electorado adulto. En concordancia con la visión adolescente del mundo, no se exige en los líderes políticos ideas, capacidad de elaboración, sino belleza, atractivo, tópicos, divertidas frases, y una imagen que conecte con un electorado envejecido en edad pero adolescente en mentalidad”.





Y lo medios audio visuales son los colaboracionistas más eficaces en agudizar esta condición adolescente que crece a pasos agigantados cuando incluso – agrega el antropólogo – “la prensa más seria promociona el cotilleo más obsceno, el chascarrillo, el escándalo, esas noticias que hacen las delicias del público con mentalidad adolescente. Resulta preocupante la fuerte deriva de la prensa hacia el puro entretenimiento, la mera diversión, en detrimento de la información y análisis rigurosos. La preponderancia de ubres y glúteos sobre la opinión razonada”.

Otro medio donde el “acné mental” no tiene parangón, lo constituyen las redes sociales donde el exibicionismo o, esa compulsión por mostrarlo todo para que en realidad no se vea lo que en verdad se siente por dentro, se ha constituido en una tribuna donde se pasa del amor incondicional a los animales (en muchos casos escapismo claro a no poder o saber cómo convivir con lo humano) a la protesta rápida y furiosa de noticias no siempre corroboradas pero que calzan como anillo al dedo para continuar reafirmándonos en nuestro bien apreciado egocentrismo temeroso como también, a contar minuto a minuto lo que se come o por donde se pasea buscando, como quién se ha perdido en las profundidades de un bosque, a que el otro, no menos perdido incluso, nos vea, nos reconozca, al mejor estilo de cuando siendo niños le pedíamos a nuestros padres que observaran nuestras destrezas sobre un tobogán o al patear una pelota.

En cuanto a mi modo de observación sobre éste ya casi endémico comportamiento adolescente digo, si no somos capaces más que de vivir protestando, pataleando o viendo quién luce más bello y ¿feliz?, en busca de un estado paternalista que nos resuelva la vida o de un idealizado deseo de éxito rápido y seguro basado en un individualismo feroz dentro de un perverso sistema capitalista que muestra la zanahoria sólo para que nadie más que ellos la alcancen, al tiempo que nuestras vidas van quedando deshilachadas por el camino en consecuencia, no quedara lugar para considerar adultamente nuestra decisiones cotidianas y sus muchos efectos inter e intra humanos a los fines de alcanzar un estadio adulto capaz de dar respuestas a nuestras propias exigencias o necesidades.

Una sociedad donde prevalece quién más grita, quien mayor escándalo protagoniza o mejores “amistades” influyentes posee no verá nunca otro horizonte que el fracaso y el sufrimiento porque aquí y en este mismo momento y cuerpo, la realidad palpita  a pura sangre pero no se la siente porque suena justo un celular que pide y ordena insaciablemente más y más a costa de vivir cada vez menos humana y espiritualmente.
Ninguna vida humana conocerá el sentido real de estar vivos si no comenzamos por vernos a nosotros mismo en cuerpo y alma a causa de cultivar la negación o la evasión y abocados, a costa de la propia vida y la del planeta, en alcanzar un horizonte que, como bien cantaba el nano Serrat,” cuanto más voy pa´ ya, más lejos queda y cuanto más deprisa voy, más lejos se va”
Y lo que se va, no es tan siquiera el horizonte sino, la vida misma debajo de un sinfín de chucherías, chusmerio y agresiones que convierten la mente y sus múltiples funciones neuronales  en un manojo de simples berrinches infantiles donde de seguro se muere de inanición, además de las células cerebrales, no será únicamente el cuerpo físico sino, el alma o el espíritu.

Que todo pasa es cierto pero, cómo pasa y qué queda, es nuestra responsabilidad, la única condición verdaderamente espiritual que se necesita practicar para dejar de berrear cual infantes y crecer.

Claudio Daniel Rios

miércoles, 18 de abril de 2018

Budismo y manejo de las emociones

Trabajar con emociones perturbadoras -Ven. Sangye Khadro





De acuerdo con el Budismo, la mejor manera de trabajar con las emociones perturbadoras es una especie de “camino medio” entre dos maneras no hábiles de tratarlas (como dos extremos):
1) Suprimir o negar nuestras emociones
2) Dejar que nuestras mentes sean controladas por nuestras emociones y actuar acordemente.
La forma Budista de manejar las emociones incluye:
1) Reconocer su existencia (por ejemplo, admitir que estamos con rabia cuando estamos con rabia). 
Evitar suprimirlas.
2) Trabajar con ellas en nuestra mente para bien sea disolverlas o transformar la mente en un estado más positivo (al hacer esto evitamos caer en ellas).
Al aplicar este “camino medio” podemos evitar causarnos daño a nosotros mismos y a los demás.
ALGUNAS FORMAS GENERALES DE TRATAR LAS EMOCIONES
1) Atención o autoconciencia
Cuando nos damos cuenta de la aparición de una emoción en nuestra mente (como es el caso de la ira), podremos controlarla y manejarla de una manera más efectiva.
A través de una práctica regular de meditación, nuestra mente puede estar más calmada y menos dispuesta a reaccionar con ira.
2) Recordar la naturaleza de la mente
La mente es clara, no es algo físico; una corriente de eventos mentales que surgen y se van.
Estos eventos mentales –pensamientos, emociones, etc.- son transitorios: aparecen y desaparecen, van y vienen; no son entidades fijas permanentes.
Puede ser útil pensar que ellos son como nubes en el cielo que vienen y se van; como sueños, como arco iris, o como ondas que emergen del mar y caen en él.
También puede ser útil aprender a desidentificarse de las emociones. Por ejemplo, en lugar de pensar “estoy con ira” pensar más bien “la ira está en mi mente”; esto le da menos poder a la emoción sobre nosotros y podemos manejarla de manera más objetiva.
3) No hacer juicios
Podremos notar que tendemos a que algunos pensamientos y emociones nos gusten y que otros nos disgusten. Esto conduce al apego / asimiento y a la aversión / rechazo. Cuando nuestra mente está atrapada en el apego y en la aversión ésta no está en paz.
En lugar de esto, es mejor cultivar un sentido de ecuanimidad: una conciencia amorosa, que no hace juicios y que acepta lo que sea que surja en la mente.

Emociones perturbadoras
Notas compiladas por Ven. Sangye Khadro 
Enseñanzas de la tradición Budista Tibetana.

Publicado por Claudio


sábado, 14 de abril de 2018

Hana Matsuri - Festival de las flores - 8 de Abril





El día del nacimiento del Buda Shakyamuni, se celebra el día 8 de abril (en mayo según e año lunar china). Nació hace 2500 años, (566 AC) hijo del rey Suddhodana y la reina Maya, en el jardín de Lumbini, situado en Kapilavastu, un pequeño reino en las estribaciones del Himalaya. Se le puso el nombre de Siddhartha, y más tarde, Buda Shakyamuni.

Durante mucho tiempo, se ha dicho que a su nacimiento, el Buda Shakyamuni dijo: "Cielo, Tierra y yo, somos una sola persona". En cada templo de Japón hay un pequeño pabellón decorado con flores que cubre una estatua del bebé Buda denominado TanjoButsu, apuntando con un dedo índice hacia el cielo y con el otro hacia la tierra. Esta estatua está bañada con té dulce o té de hortensias conocido en japón como "Amacha"y ésta es la forma en la que se observa el festival de las flores que coincide con la primavera y el florecimiento del cerezo el cual también se festeja en japón..




En la foto, celebración realizada el 14 de abril en Nanzenji junto al Sensei Senpo Oshiro y la Sangha

El té dulce es un elemento esencial del festival de las flores. De acuerdo a la leyenda, dos reyes dragones hicieron llover agua dulce fresca y tibia, para bañar al bebé Buda. Pero no sólo se bebe té dulce durante el festival de las flores, también existe la costumbre de moler tinta (sumi) con él, y escribir: "el 8 de abril es un día de buena fortuna y los insectos son expulsados". El trozo de papel en el que se ha escrito se hace colgar boca abajo y se cree que mantiene alejados a los insectos desagradables.

Fuente: SotoZen - Net

Publicado por Claudio

miércoles, 11 de abril de 2018

El ZEN - Venerable SENPO OSHIRO





Entrevista realizada hace 5 años con motivo de lo que fue el primer encuentro latinamericano de Budismo zen en Argentina

domingo, 1 de abril de 2018

Imagina que...





Imagina que sos dueño de una Ferrari roja, impecable y último modelo con la que podes viajar a alta velocidad y a donde quieras.
Imagina que posees una gran casa a orillas de un mar azul. De ventanas generosas abiertas al horizonte, al sol y a las noches de luna llena.
Imagina que Armani confecciona para vos un vestido o traje de absoluta exclusividad, tanto que, sería imposible hallar otro siquiera parecido.
Imagina que sostenés entre ambas manos un diamante de tal belleza y brillantes como hasta ahora no se a encontrado.

Bien, ¿sabías que ya posees todo eso? Claro, no literalmente pero, si, sos dueño de una mente pura e inconmensurable más veloz que la velocidad de la luz y con la cual podes construir lo que desees o, destruirlo todo, también.
Tenés un cuerpo, la primera casa que habitamos al nacer cuyas ventanas, los sentidos, pueden  elevarte hasta lo fantasioso e ilusorio o, ver y sentir a través de él, de la casa/cuerpo, la vida latiendo exactamente como ES.
Nadie en todo el planeta luce como vos ahora porque como vos, ahora y siempre, sos y serás auténticamente único e irreemplazable. A propósito, ¡qué elegante se te percibe! ¿Aún no lo notaste?
¿Y el diamante? El diamante es quien en verdad somos construido de tres facetas que lo contienen todo, compasión, ofrenda o desapego y sabiduría.

¿Y entonces? Entonces, queda que te atrevas a observar sin agregar o quitar nada de lo que percibas y lo dejes pasar todo, absolutamente todo; algo así como cuando viajamos por la ruta a y el paisaje va quedando rezagado como si se tratase de una pintura y, alcances a comprender que ninguna joya es o será más extraordinariamente maravillosa como la vida misma y la existencia toda de la que somos parte, más allá de toda idea, concepto, creencia o ideología pues, lo que ES no puede diseñarse, construirse o confeccionarse menos aún explicarse porque todo ya ES. Sólo queda que lo descubras, que te descubras y navegues más allá de más allá hacia el satori o despertar que acontece justamente en el momento y lugar donde, sentado en zazen te encuentres, el Dojo de práctica, echado sobre el pasto o el mercado.

Shodo Rios.