miércoles, 5 de agosto de 2015
Aprender es desaprender
La práctica diaria de zazen nos enseña que aprender es desaprender, despojarse o dejar ir. Pese a ello, estamos muy condicionados a que, aprender sea, casi el único camino. Como si la luz pudiese existir sin crear su sombra.
Pasamos buena parte de la vida acumulando cosas, conocimientos, experiencias, relaciones...Es tanto lo que metemos dentro nuestro que llega un día en el que ya no podemos distinguir el que somos del que hemos construido, también llamado "yo" o personalidad.
Aprender y desaprender no son contradictorios, sino, complementarios. Aprender requiere de estar vacíos de todo conocimiento o claridad, de ahí que solemos denominarnos alumnos, el que aún no está iluminado.
Aprender es una buena oportunidad para practicar la humildad y dejarnos llevar por la incertidumbre del, no sé. Una aventura que requiere el coraje de dejar atrás todo lo hasta ese momento conocido.
Pese a todo y a medida que vamos adentrandonos en la práctica de la meditación zen o, zazen, vamos reconociendo que, en realidad, cada paso dado o cada comprensión alcanzada, se da sólo cuando aprendemos a desaprender, a soltar. Soltamos aquello que ya no necesitamos, lo que a caducado como conducta, idea, creencia, o postura.
Entonces, es ahí cuando la conocida frase de, "el maestro llega cuando el alumno está preparado" se concreta. El maestro aparece para guiarnos, acompañarnos. Él camina a nuestro lado enseñándonos sin enseñar, haciendo sin hacer osea, sin metas o expectativas de logro alguno. El está allí, delante nuestro, para que aprendamos a vernos reflejados en su rostro, en su silencio, en su acción justa y precisa. Por lo tanto, no es él quien debe ser visto, observado o indagado, somos nosotros a través de su enseñanza.
Como alumnos o practicantes, abiertos a recibir dicha enseñanza, vamos transitando el camino que yace bajo nuestros pies pero que sólo nosotros podemos trazar y caminar.
Aprendemos andando y desandando; cortando y pegando, tomando para luego soltar, riendo y llorando, perturbados y calmados. Como diría el maestro Dogen, abrazar las contradicciones es el camino de la vía de Buda.
Publicado por Claudio
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Soltar viejas creencias
ResponderEliminarCambiar la energía
Salir de los límites imaginarios
Experimentar nuevas frecuencias
Descubrir otros mundos
Elevar el espíritu
Sanar el alma.....
Gassho
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