Al momento
de ver una manzana de seguro nadie que haya tocado o masticado una, podría
dudar de qué se trata ese alimento u objeto. Sin embargo, me gustaría
preguntarles: ¿cuándo vemos una manzana, es sólo una manzana?
Para responder
la pregunta que escribo más arriba, les propongo hacer un ejercicio.
En este
caso, practicaremos la atención plena a la hora de comer una manzana.
Es muy
simple. En primer lugar, elijan una manzana cualquiera y sosténganla entre sus
manos. A partir de este momento y durante unos pocos minutos, comenzaremos por
llevar toda nuestra atención al acto de comer la fruta. Por lo tanto,
deténganse y observen la forma y el color de la manzana evitando de ahora en
más, cualquier comentario al respecto.
Luego cierren
los ojos y permanezcan así hasta la finalización del ejercicio.
Continúen
tocando la manzana y reconozcan su textura. Es muy importante hacer todo lo que
aquí describo con calma, sin apuro.Si bien es cierto que por estos días resulta algo difícil hallar una fruta que huela a fruta natural, debido a la sobre carga de pesticidas, agroquímicos y manipulaciones genéticas, lo que sigue en el ejercicio es olerla y así poner a trabajar un poquito el olfato, aunque la manzana carezca parcialmente de la fragancia que la caracteriza.
Acto
seguido, van a darle un primer mordisco bien lento y pausado para que los
labios, dientes y lengua tengan el tiempo suficiente para experimentar la
sensación de ir llevando ese trocito de manzana a la boca. Escuchen el sonido
que se produce al morder.
Una vez
cortada con lo dientes una parte de la fruta y colocada dentro de la boca,
déjenla allí por unos segundos. Sientan cómo van mezclándose los juegos de la
manzana con la saliva. Eviten masticar rápidamente. Un ratito después,
comiencen a masticar ese trozo de manzana varias veces paseándolo por toda la
boca. Insisto, no traguen deprisa.Por último, deglutan ese bocado sintiendo su recorrido por la garganta y el esófago directo al estómago.
Final del
ejercicio.
Tras realizar
una o varias veces éste ejercicio con la manzana o cualquier otro alimento,
probablemente comencemos a comprender porque dije que el universo se encuentra
sintetizado en ella; y es que la única manera en que puede producirse la
existencia de estos alimentos es gracias a la tierra, el sol, el viento, el
árbol proveniente de una semilla que a su vez surgió de otro árbol, el agua,
los insectos y pájaros; los humanos que cultivan, cosechan y distribuyen los
alimentos y toda una interminable lista de factores que, una vez más, ponen en
evidencia la interdependencia; todo y todos nos necesitamos.
La
contemplación y atención plena sobre nuestros alimentos, la forma y el modo en
que los manipulamos y consumimos, nos abre a una conciencia no sólo saludable
para nosotros mismos al lograr regular nuestro peso corporal y mantenernos
saludablemente respetuosos y amorosos con la vida, sino también con el delicado
equilibrio del planeta tierra.
Para finalizar,
cada vez que tengan delante de sí un alimento, aunque no realicen la totalidad
de este ejercicio, aprovechen la ocasión para degustarlo con la mayor atención
posible.
Eviten comer mirando noticieros o cualquier otra imagen que perturbe los sentidos como también, no comer discutiendo o a las apuradas. Cuando comemos en un clima ameno y relajado, las probabilidades de que ese alimento nos indigeste, resultaran casi inexistentes.
Eviten comer mirando noticieros o cualquier otra imagen que perturbe los sentidos como también, no comer discutiendo o a las apuradas. Cuando comemos en un clima ameno y relajado, las probabilidades de que ese alimento nos indigeste, resultaran casi inexistentes.
Que comer
no sea un mero acto automatizado en el que sólo nos interesa tragar lo que nos
gusta sin medir que en ello va en juego nuestra salud. Sobre este punto alguna
vez le pregunte a un grupo de mis alumnos: ¿dejarían las puertas de su casa
abierta todos los días de par en par a riesgo de que cualquiera pudiese entrar
en ella? Evidentemente la respuesta fue un rotundo no. Sin embargo, acote, si
nos pensamos como una casa/cuerpo y la boca la puerta de entrada, ¿por qué
dejamos entrar en ese cuerpo/casa casi cualquier cosa?
Para que el
hambre no continúe siendo un flagelo mundial es necesario evitar todo tipo de
desperdicio o derroche. Quizás, y vistas estas acciones en un plano individual
nos parezca poco pero, multiplíquenlas por millones y verán la diferencia.
Que la
próxima mordida a la manzana sea también, una jugosa ocasión para aprender a
disfrutar de la vida.
Publicado por Claudio
Ver, observar, sentir, percibir, escuchar, saborear,y ver que todo esto lo produce una manzana...
ResponderEliminarSu pusiesemos la atención plena en cada una de nuestras cosas de la vida, augmentaría nuestra paz interior.
Gracias
Obviamente coincido con tus palabras Carmeta.
EliminarGracias por compartirlas.