viernes, 16 de noviembre de 2012

El universo en una manzana


Al momento de ver una manzana de seguro nadie que haya tocado o masticado una, podría dudar de qué se trata ese alimento u objeto. Sin embargo, me gustaría preguntarles: ¿cuándo vemos una manzana, es sólo una manzana?
 
 
 
 
 

Para responder la pregunta que escribo más arriba, les propongo hacer un ejercicio.

En este caso, practicaremos la atención plena a la hora de comer una manzana.
Es muy simple. En primer lugar, elijan una manzana cualquiera y sosténganla entre sus manos. A partir de este momento y durante unos pocos minutos, comenzaremos por llevar toda nuestra atención al acto de comer la fruta. Por lo tanto, deténganse y observen la forma y el color de la manzana evitando de ahora en más, cualquier comentario al respecto.

Luego cierren los ojos y permanezcan así hasta la finalización del ejercicio.
Continúen tocando la manzana y reconozcan su textura. Es muy importante hacer todo lo que aquí describo con calma, sin apuro.
Si bien es cierto que por estos días resulta algo difícil hallar una fruta que huela a fruta natural, debido a la sobre carga de pesticidas, agroquímicos y manipulaciones genéticas, lo que sigue en el ejercicio es olerla y así poner a trabajar un poquito el olfato, aunque la manzana carezca parcialmente de la fragancia que la caracteriza.

Acto seguido, van a darle un primer mordisco bien lento y pausado para que los labios, dientes y lengua tengan el tiempo suficiente para experimentar la sensación de ir llevando ese trocito de manzana a la boca. Escuchen el sonido que se produce al morder.
Una vez cortada con lo dientes una parte de la fruta y colocada dentro de la boca, déjenla allí por unos segundos. Sientan cómo van mezclándose los juegos de la manzana con la saliva. Eviten masticar rápidamente. Un ratito después, comiencen a masticar ese trozo de manzana varias veces paseándolo por toda la boca. Insisto, no traguen deprisa.
Por último, deglutan ese bocado sintiendo su recorrido por la garganta y el esófago directo al estómago.

Final del ejercicio.

Tras realizar una o varias veces éste ejercicio con la manzana o cualquier otro alimento, probablemente comencemos a comprender porque dije que el universo se encuentra sintetizado en ella; y es que la única manera en que puede producirse la existencia de estos alimentos es gracias a la tierra, el sol, el viento, el árbol proveniente de una semilla que a su vez surgió de otro árbol, el agua, los insectos y pájaros; los humanos que cultivan, cosechan y distribuyen los alimentos y toda una interminable lista de factores que, una vez más, ponen en evidencia la interdependencia; todo y todos nos necesitamos.

La contemplación y atención plena sobre nuestros alimentos, la forma y el modo en que los manipulamos y consumimos, nos abre a una conciencia no sólo saludable para nosotros mismos al lograr regular nuestro peso corporal y mantenernos saludablemente respetuosos y amorosos con la vida, sino también con el delicado equilibrio del planeta tierra.

Para finalizar, cada vez que tengan delante de sí un alimento, aunque no realicen la totalidad de este ejercicio, aprovechen la ocasión para degustarlo con la mayor atención posible.
Eviten comer mirando noticieros o cualquier otra imagen que perturbe los sentidos como también, no comer discutiendo o a las apuradas. Cuando comemos en un clima ameno y relajado, las probabilidades de que ese alimento nos indigeste, resultaran casi inexistentes.

Que comer no sea un mero acto automatizado en el que sólo nos interesa tragar lo que nos gusta sin medir que en ello va en juego nuestra salud. Sobre este punto alguna vez le pregunte a un grupo de mis alumnos: ¿dejarían las puertas de su casa abierta todos los días de par en par a riesgo de que cualquiera pudiese entrar en ella? Evidentemente la respuesta fue un rotundo no. Sin embargo, acote, si nos pensamos como una casa/cuerpo y la boca la puerta de entrada, ¿por qué dejamos entrar en ese cuerpo/casa casi cualquier cosa?

Para que el hambre no continúe siendo un flagelo mundial es necesario evitar todo tipo de desperdicio o derroche. Quizás, y vistas estas acciones en un plano individual nos parezca poco pero, multiplíquenlas por millones y verán la diferencia.

Que la próxima mordida a la manzana sea también, una jugosa ocasión para aprender a disfrutar de la vida.
 
Publicado por Claudio

2 comentarios:

  1. Ver, observar, sentir, percibir, escuchar, saborear,y ver que todo esto lo produce una manzana...
    Su pusiesemos la atención plena en cada una de nuestras cosas de la vida, augmentaría nuestra paz interior.
    Gracias

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    1. Obviamente coincido con tus palabras Carmeta.
      Gracias por compartirlas.

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