Durante los primeros días de septiembre último y a raíz de la visita a la Argentina de Sri Sri Ravi Shankar, algunos medios se hicieron eco de un interés cada vez mayor de la ciencia médica por la práctica de la meditación con fines terapéuticos.
El diario
Tiempo Argentino bajo el título:
"Para la ciencia, meditar hace bien al corazón y sube las defensas", publicó un artículo dando cuenta de ello.
Aquí comparto con ustedes un extracto de dicho artículo.
"Los niveles de relajación alcanzados durante la
práctica diaria de la meditación disminuyen la presión arterial, el colesterol
'malo' (LDL) y la presión intraocular, junto con esto aumenta la creatividad
verbal y las funciones intelectuales", afirma Jorge Berra, pediatra y
médico de familia en la Fundación Ayurveda. Para el profesional, quien también
dicta cursos en la Facultad de Medicina de la UBA, la práctica regular de la
meditación puede disminuir en 10 milímetros la presión arterial diastólica
(mínima) que es fundamental en el diagnóstico de hipertensión. "La meditación
también ayuda a los pacientes en tratamiento de quimio y radioterapia, mejora
su calidad de vida y disminuye el dolor", destaca Berra.
Un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison en
colaboración con el actual Dalai Lama y otros monjes budistas demostró que
gracias a la meditación se crean nuevas conexiones neuronales que son las
culpables de que se puedan alcanzar niveles de consciencia nunca antes
experimentados. Los últimos resultados de este estudio, liderado por los
neurocientíficos Antoine Lutz y Richard Davidson, y publicados en la revista
Proceedings of the National Academy of Sciences, informaron que los monjes
budistas que llevan largo tiempo practicando meditación presentan una gran
actividad en una zona determinada del cerebro, justo detrás de la parte
izquierda de la frente, en la corteza prefrontal izquierda. Esa área se asocia
a las emociones positivas y al estado de calma, y a través de la relajación
alcanzada se generan neurotransmisores que amplifican la concentración.
Para Roberto Rey, neurólogo y director del Instituto
Argentino de Investigación Neurológica, "los meditadores llegan a una
sensación de común unión con el universo. No lo puedo asegurar, pero diversos
estudios lo han indicado, se debería a la activación de transmisores endógenos
en el cerebro."
En la Argentina, el Instituto de Neurología Cognitiva
(INECO) también está realizando investigaciones sobre los efectos que la
meditación produce en el cuerpo humano. Martín Reynoso es coordinador del área
de Mindfulness (un tipo de meditación) de INECO y miembro del estudio con el
cual se pretende analizar en qué medida se modifican la memoria o la atención a
partir de la meditación. "Aún no contamos con resultados, pero de la
autorregulación de la atención plena pueden emerger cerebros más justos,
solidarios y empáticos que favorezcan una vida más armónica."
Alberto Lóizaga es médico clínico, psicoanalista e
instructor en técnicas de meditación. En 1970 se recibió en la UBA, y fue por
aquella época que escuchó hablar de meditación cuando el gurú Maharishi Mahesh
Yogi (instructor de Ravi Shankar) visitó la Argentina. En 1975 fue jefe de
residentes del Hospital de Clínicas, y comenzó a utilizar técnicas meditativas
en pacientes que necesitaban diálisis o en aquellos que padecían hipertensión.
"Se accede a un cuarto estado de conciencia en el que se producen cambios
biológicos. He constatado que mediante la meditación puede curarse el asma, el
broncoespasmo, la colitis, y el estrés", aseguró el doctor.
Durante la meditación la persona entra en un estado
placentero, "de enorme felicidad", describió Lóizaga. Para la
ciencia, la explicación biológica es que al meditar, en el cerebro predominan
los factores de relajación que inhiben la liberación de adrenalina y cortisol,
lo cual ocasiona una baja de la frecuencia cardíaca y estrés en general.
Alejandra Ciappa es médica y se especializa en neurobiología psiquiátrica en
Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Para ella, "el ser
humano necesita relajarse, y los resultados de la meditación son notorios, el
cerebro tiene capacidad de crear nuevas conexiones neuronales".
Richard Davidson
Otros procesos que se ponen en juego en el cuerpo son: la
reducción de las cantidades de uropepsina y la concentración de ácido láctico
(lo que causa la fatiga), el riego sanguíneo aumenta hasta un 35% y todas las
actividades cerebrales funcionan mejor. Además, la meditación afecta a los
lóbulos temporal y parietal del cerebro, asociados a la orientación física. De
esta forma, se produce una pérdida de la sensación de individualidad y del
espacio-tiempo.
La conexión entre ciencia y espíritu logró el nacimiento de
la medicina integrativa que atiende la relación de los sistemas de control
humano, el psicológico, el endocrinológico, el neurológico y el inmunológico.
Rosana Mollo es miembro de la Fundación Ayurveda (sistema de medicina de
originario de la India) y magister en Psiconeuroinmunoendocrinología, rama de
la medicina que se ocupa de estudiar las relaciones entre los cuatro sistemas
de control que tiene el organismo humano. "Aconsejo a mis pacientes que
mediten. Afortunadamente, la práctica se está instalado en muchos servicios de
hospitales y sanatorios para prevenir los eventos agudos de cardiología
recuperación de infartos", dice la profesional, quien prefiere no
mencionar el nombre de esas instituciones por la existencia de "una doble
moral" que, de hacerse pública, podría cancelar las prácticas.
BÚSQUEDA ESPIRITUAL. "Más del 70% de las personas que
se acercan a practicar yoga o meditación fueron derivadas por sus
médicos", asegura David Lifar, presidente de la Fundación Indra Devi
dedicada al "yoga, arte y ciencia de vida". "Los médicos los
derivan para que el proceso de sanación sea más corto", explica Lifar y
asegura que el yoga brinda elementos para reestablecer una nueva armonía, así
como también aliviar dolores de cabeza, mejorar calidad de sueño. "Las
diferentes posturas del yoga ayudan al sistema nervioso, permitiendo que se
libere el estrés y las toxinas acumuladas en él."
Por su parte, Edgardo Caramella, presidente del Método de
Rose, federación en la que se practica la meditación, también asegura que
"se notó un incremento de la demanda. La gente se encuentra en una
búsqueda interior", y agrega que "meditar es parar de pensar, aprender
a concentrarse, ya que nuestra mente está en continua dispersión, pero nunca
nadie nos enseñó a concentrarnos, el poder de la mente es infinito". «
Por Yesica de Santo
Diario Tiempo Argentino 02-09-12
Publicado por Claudio