La
amorosidad en el cuidado de toda vida es la tierra fértil donde crece la
semilla dulce del respeto.
El respeto
permite ver los apegos, las discriminaciones y comprender que no somos
propietarios de nada, de nadie; tan siquiera somos tiempo, y como el tiempo
vamos pasando.
Esta visión
correcta crece inexorable, como se yergue el árbol hacia la luz del cielo, y se
abre en frutos de gratitud. La gratitud de ser respirado, del sol en el rostro,
del agua que bebo. El agradecimiento de saber que puedo contar con vos, con
esto que ahora llevo puesto, con el bocado con el que me alimento y el trabajo
diario cuando se vuelve aliento creativo, palpitante y vivo.
La alegría
serena que amanece tras haber podido capear tormentas, sobrevolar abismos hasta
divisar el camino.
El
reencuentro con uno mismo, la reconciliación que nos lleva de regreso al hogar
que un día creímos perdido pero que jamás abandonamos.
La
confirmación de que cuando mi corazón late compasivo, late también el tuyo y
alcanza hasta el último lugarcito de todo este universo.
Publicado por Claudio
Por ser tu prójimo , por constituir el Universo donde la con-vivencia hace que nos re-conozcamos en nuestra esencia, es que me siento involucrada en tu descubrimiento.
ResponderEliminarGracias por tu búsqueda de auto comprensión .Un abrazo desde el corazón
Lo que sigue lo escribió Krisnhamurti:
La auto comprensión sin opción nos lleva a la Realidad creadora, que está debajo de todas nuestras ilusiones destructivas, nos lleva a la serena sabiduría que siempre está allí a pesar de la ignorancia, a pesar del conocimiento, que es meramente otra forma de la ignorancia. El conocimiento es cuestión de símbolos, y es, con demasiada frecuencia, un estorbo a la sabiduría, al descubrimiento de uno mismo de instante en instante. La mente que ha llegado a la quietud de la sabiduría “comprenderá el ser, comprenderá lo que es amar. El amor no es personal ni impersonal. El amor es amor y la mente no puede definirlo ni describirlo como algo exclusivo ni inclusivo. El amor es su propia eternidad; es lo real, lo supremo, lo inconmensurable”.
Me hace muy feliz que mi búsqueda provoque los sentimientos que aquí mencionas, Adriana, porque de algún modo se confirma aquello de que cuando late en mi el universo, el universo acaba latiendo en todos, aunque algunos, todavía, no logren escuchar ni ver.
EliminarGracias de corazón a corazón.
si, lo logre! mi tigre ingresó a la era tecnológica! hermosa clase la del sábado y útil para este invierno de felinos algo retraídos. Gracias Claudio
ResponderEliminarALELUYA, Raulito y me alegro que te haya sido útil la clase.
EliminarAbrazos