viernes, 25 de marzo de 2011

El Zen: Nada especial, y sin embargo...

El zen, nada especial. Y sin embargo...Volver a nosotros mismos, nuestro silencio interior.
En este mundo de ruido. Estar presente a cada instante en lo que nos rodea – agradable o no – vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás. Presente en el mundo, no en nuestro pequeño mundo de ensueño y de confusión, sino en el mundo tal cual es, y descubrir la alegría en el corazón de cada instante.

Dogen zenji : Japón ( 1200 – 1253 ) – Maestro fundador de la escuela Budista Soto Zen

Publicado por Claudio

4 comentarios:

  1. El Zen me ha permitido tener una idea de calma y quietud con respecto a la vida, aprender a ver y conectarme con el resto del mundo. Me asombro de mi misma por el equilibrio emocional y mental que experimento en determinadas circunstancias que años atrás me habrían disgustado, provocado bronca y enojo contra todo y todos. A veces observo en el corazón una alegría serena, pacífica, para mi aquí y ahora el Zen es muy ESPECIAL.
    Gracias Claudio

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  2. "En ciertos momentos muy claros de la meditación, como aquellos en que, hacia el principio de la tarde, vago atento por las calles, cada persona me trae una noticia, cada casa me transmite una novedad, cada cartel tiene un aviso para mí.
    Mi paseo callado es una conversación continua, y todos nosotros, hombres, casas, piedras, carteles y cielo, somos una gran multitud de amigos, que se acodan en las palabras de la gran procesión del Destino."Bernardo Soares(heterónimo de Pessoa)

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  3. v olver a mi misma, ahí donde estoy sin duda de la mejor manera: a mi m anera, es emocionante, es conmovedor, aunque sea desde la enfermedad, pero el sitio es de mim más entero conocimiento y a mi medida, ese sitio que logro olvidar a mi pesar cuando estoy "sana". Este es el balance que me dejó la incapacidad en soledad y lo agradezco al mundo desde mi corazón. Paula

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  4. Todo el orden clasificatorio, toda esperanza de un mañana, todo recuerdo del pasado, se desvanece y sólo queda lo inexplicable, lo inclasificable, en el aquí y ahora. Hemos intimado. Es como "volver a casa"... Nada especial y sin enbargo...

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