¿Comer o alimentarnos? A simple vista parece que se tratase de lo mismo pero, no. Al menos, no en un sentido nutricional porque lo primero, comer, suele ser un acto mecánico no consciente y supeditado a factores diversos rara vez vinculados a sostener y mantener una vida saludable, mientras que alimentarse, es, por el contrario, una acción nacida de una mente que, indagación y auto conocimiento mediante, logra apreciar la diferencia entre, incorporar lo que da placer, del de llevar al organísmo lo que nutre y vitaliza.
Basado en principios éticos, entendiendo ética como razonomiento y estudio de una ciencia, en este caso la ciencia de la alimentación consciente, el acto de incorporar todo cuanto sume a una vida de respeto y amor a partir de saber atender lo que ingresa al cuerpo o se manifieta desde su interior, (sensorial, mental, emocional y fisiologicamente), comer quedará en segundo plano, tras acceder a una información y formación, (expereiencia) desde la cual se aprende y comprende la diferencia elemental entre ambas acciones.
Por lo dicho y basado en mi propio camino en estas áreas digo que: "Cuando se come por costumbre, tradición, aburrimiento, gula, ansiedad, por no decir que NO, por la raigambre familiar o cultural a la que se pertenece, por adicción, por moda o tendencias, por sentirse insatisfecho o frustrado, porque lo dice el reloj, porque es fiesta, porque sí, por no ser o sentirse diferente al entorno de amigos o grupo de pertenencia, por automatísmo, por miedo a padecer hambre, (algo que sólo conocen quienes en verdad no comen y no quienes se atiborran de todo caunto puedan deglutir) o, ¡¡¡porque hay que comer!!¡ lease, mandatos"...; básicamente, porque no se sabe o se quiere escuchar al cuerpo, con lo cual, no se logrará comprender lo que es alimentarse por estar atrapados en la comida y, paradójicamente, en un estado de pobreza espiritual, hambrientos de felicidad que no se llena con nada excepto, cuando nos animamos a soltar cualquiera de estas opresiones y nos permitimos crecer; recién ahí llegaremos por consciencia, a una relación saludable con todo cuanto tomamos o dejamos para ese bienestar al que aqui llamo, alimentarse.
Comer por comer, es miedo y obtura los sentidos, daña la salud desde lo mental, emocional a lo físico y orgánico,; deteriora las relaciones humanas, genera más pobreza y contamina el medio ambiente.
Alimentarse es amor en potencia y libera la mente y el alma del miedo y la ignorancia. Eleva la cosnciencia humana y cósmica; nos reune con la vida en su total sentido de gratitud y respeto.
Alimentarse es aprender a ir de lo denso a lo sutil, de las energías bajas a las altas y vitales, cuando se comprende que lo que de verdad nos alimenta es el estado mental y emocional en el que estamos vibrando; del mismo modo que nos alimenta el sol, el oxígeno, el agua, la calma o el reposo, una conversación sincera y profunda, el silencio, caminar desclazaos, apagar la televisión y los paratos electromagnéticos, entre muchas cosas y actitudes más.Por ello, cuando comenzamos a vivir desde una vibración energética más evolucionada, producto de estar creando una frecuencia en ese sentido, es cuando podemos observar cómo, los hábitos insalubres se van desmoronando sin casi ningún esfuerzo porque, cuando el amor emana como forma de vida y, siendo el amor una potente luz, las sombras se desvanecen naturalmente.
Parafraseando a Confucio cuado dijo: "El que ama su trabajo, nunca más trabaja" digo, "El que ama sin esperar nada, se alimenta, por eso, nunca más comerá"
Daniel Shodo