A Graciela Nazar por su generosidad sin la cual nuestro espacio de práctica, su casa, no sería posible.
Hoy, 9 de septiembre, hemos tenido la bendición de participar de una ceremonia denominada Trasncripción de Sutras que realizamos en nuestro Dojo Zen "Cerezos en Primavera".
La lluvia que por momentos arreció sin piedad, lejos de obstaculizar la llegada de la gente al Dojo, nos nutrió de la energía necesaria para que las ofrendas creciesen en nuestros corazones hacia el corazón de aquellos seres humanos a quienes iban dirigidas.
En particular, quiero agradecer la presencia de todos y cada uno de los practicantes que participaron del encuentro, no solo por venir sino, por el respeto y el amor brindados.
Especialmente agradezco desde mi alma a mi amiga, hermana del Dharma y Maestra, la monja Budista Adriana Etusho quien nos ofreció la realización de este evento y sobretodo, por su inmensa sabiduría y compasión.
Por otra parte, la presencia en nuestro Dojo de Adriana Etusho es una brisa plena del camino que vengo transitando desde hace varios años y me insta a no ceder en mi práctica como a compartirla con todos los seres que así lo deseen para que juntos, podamos continuar aprendiendo y evolucionando.
Aquí les comparto alguna de las fotos que tomamos al final de la ceremonia.
La ceremonia de ofrendas y su origen
En el budismo existen diferentes tipos de ceremonias que se realizan para el bienestar de los seres queridos sintientes, por ejemplo familiares o amigos. En particular en Japón durante el décimo quinto día del séptimo mes se realiza una ceremonia de ofrendas para los difuntos (transcripción de Sutras, textos sagrados)
Los registros indican que esta ceremonia se realizó por primera en China en el año 538 y en Japón en el año 657. es curioso que no surgiera in India sino en el país oriental, lugar donde sus habitantes tienen como valor inestimable la devoción filial.
El episodio del cual surge esta ceremonia data del momento histórico en el cual vivía Buda Siddharta Gautama en involucra directamente a uno de sus principales discípulos: Mogallana.
Mulian, como también se lo conoce, trató sin éxito, de utilizar sus poderes sobrenaturales para salvar a su madre fallecida, Shoday-ryo, quien sufría el estado de las entidades hambrientas debido a la codicia y avaricia que poseía durante su tiempo de vida.
Mulian intento una y otra vez liberar a su madre pero todos sus intentos fracasaban e incluso le impartía a la mujer mayores sufrimientos.
Él estaba sumido en un sentimiento de impotencia y dolor, hasta que decidió recurrir a su maestro Shakyamuni Buda, quien lo instó a ofrecer cien clases de alimentos a los monjes, el décimo quinto día del séptimo mes, (último día de retiro de los monjes que dura tres meses durante la estación de lluvia) Mogallana siguió el consejo de Buda y su madre pudo aliviar su dolor.
Claudio Daniel Rios