martes, 22 de marzo de 2022

Descansar los 5 sentidos: Chi Kung

Los 5 sentidos, también conocidos como los 5 ladrones en el Tao, por ser las ventanas a través de las cuales tanto entra información que el cerebro luego analisa e interpreta, como por donde consumimos un alto caudal de energía con la que solemos quedar apegados a las formas, colores, sonidos, gustos, etc, sin notar cuánto nos alejamos de nosotros mismos y cómo, en consecuencia, nos convertimos en extraños dentro del mismo cuerpo. Es decir, nos movemos más por percepciones y recuerdos o sea, pasado, que por respuestas expontaneas e imprevistas.

Lo que hoy les propongo, son ejercicios simples que permiten dejar en descanso las acciones constantes que estos centros vitales realizan constantemente. De hecho, se calcula que toman miles y miles de datos por microsegundo sin que tengamos consciencia al respecto. Qué mejor que darles un momento de calma para que recuperen su vitalidad y, por otra parte, descubramos qué nos sucede cuando realizamos estos ejercicios y cómo nos podemos relacionar con los ojos, los oídos, el tacto, el olfato o el sabor al involucrarnos con ellos de un modo diferente de lo habitual.



Ojos

Son la ventana del Hígado. Busquemos donde sentarnos por unos minutos de manera cómoda y cerremos los ojos no para dormirnos sino, para simplemente no mirar nada y quedarnos sintiendo esa sensación. Algo poco o nada habitual ya que esta sociedad da al mirar o al ver, una prioridad muchas veces excesiva con la que agota las reservas del hígado y daña los ojos secándolos o irritándolos por demás.



Oídos

Son la ventana de los Riñones. La propuesta es que durante varios minutos u horas, desconectemos cualquier aparato en nuestro entorno y hagamos la práctica de escuchar el silencio...Los oídos oyen cotidianamente cantidades de ruidos y sonidos provenientes de todo tipo de emisores que producen una saturación y pérdida de sensibilidad auditiva, sobre todo, la de la escucha interna. En siencio escuchamos sin un objetivo fijo. Sólo dejamos que el silencio o los sonidos externos pasen por el oído y continúen su viaje. Podemos hacer el ejercicio echados, sentados o, mientras realizamos cualquier tarea en casa. 



Naríz

Son la ventana de los Pulmones. En este caso y tomando en cuenta que existen cada día más personas que van perdiendo la capacidad olfativa a causa de estrés, la propuesta consiste en sentarnos, mantener la espalda recta y ocuparnos de sentir el aire pasando por la naríz tanto al entrar como al salir. Obsevar el roce del aire en la piel de las fosas nazales y el fluir del aire entrando y saliendo mientras notamos el movimiento muscular en la zona del pecho y/o de los abdominales. Permanecer respirando de esa manera por no menos de 5 minutos. Una alternativa a esto es, dedicarnos a oler difernetes fragancias pero, manteniendo los ojos cerrados para potenciar el olfato por el de la visión.



Boca y lengua

La boca es la ventana del Bazo mientras que la lengua lo és del Corazón. Aunque muchos no gusten admitirlo, hay establecida en la mayor parte de las personas una marcada adicción a la comida lo que conlleva volver el acto de comer, en un hábito mecánico, compulsivo esperando que el alimento supla la insatisfacción amorosa o afectiva, con un rato de placer culinario  recayendo mucho más en llenar y saciar que en disfrutar y nutrir.

El ejercicio consiste en descansar ambos sentidos dejándo de comer por algunas horas y, adquiriendo una postura cómoda y con ojos cerrados, dedicar unos minutos a recorrer los diferentes rincones de la boca, paseando la lengua lentamente por cada espacio. Observar el movimiento musucular en la lengua, mientras gira, la sacamos fuera o la doblamos y desplegamos, la saliva que se aglutina ha de ser tragarda lentamente (la saliva contiene una cantidad importante de Chi o energía, por lo que se sugiere no escupir demasiadas veces). Como en el caso del olfato, podemos permitirnos saborear pequñas porciones de alimento dejándolo apoyado en la base de la lengua y enc ontacto con el paladar superior hasta que se vaya derritiendo o, si se trata de algo más consistente y crocante, masticarlo lentamente hasta tragarlo con igual lentitud. Si escojemos hacer la experiencia con líquido, sorberlo a cuenta gotas, como si tuviésemos que masticarlo. Esto nos daría la oportunidad de apreciar tanto lo que comemos a diario de un modo más consciente por lo que quizás, hasta modifiquemos alguna costumbre que ahora, más atentos, consideremos perniciosa. La deglución pausada como el poder experimentar sabores y texturas desconocidas sin el agregado de opiniones o juicios provenientes de los hábitos adquiridos en el pasado, será un aditamento magnífico para alcanzar una relación más respetuosa con el alimento y con nosotros.



Tacto

La piel y el tacto también se vinculan con la energía y funcionamiento pulmonar y, por supuesto, con el sistema nerviosos central es decir, con el cerebro el cual es, en resumidas cuentas, el que ve, oye, gusta, huele, toca y siente, dando sentido a lo que percibimos.

Para este ejercicio sugiero ante todo, quitarse toda prenda que contenga nylón o sintéticos los cuales alteran el campo electromagético, luego, disponer de un lugar y momento en el que podamos estar con la menor cantidad de ropa posible, descalzos y expuestos al sol, al viento o a la lluvia, (siempre atentos a no exagerar el tiempo de exposición como la intensidad a bajas o altas temperaturas para evitar daños) Esta forma de conectar a través de la piel con las corrientes naturales, beneficia el mantener un nivel elevado en las defensas del organismo, tan bajas ante el execeso de exposición a aparatos de ventilación o calefacción artificial.

Otra posibilidad es la de, caminar desclazos por suelos que no sean aislantes, (pasamos mucho tiempo con suelas de goma y esto crea una desvinculación importante con la tierra, con el sustento, el sexo, la confianza). Otra opción muy propicia es aprovechar el momento de la ducha  y, con los ojos cerrados, recorrer todo el cuerpo de manera lenta y atenta para sentir cada zona y quizás, notar las diferencias de sensibilidad que ellas muestran o, somos capaces de notar. Es decir, se trata de tocarnos, acariciarnos, recuperar la realción humana y afectiva con la humanidad que somos.

Por último, sentarnos en silencio con la espalda derecha, entornar los ojos sin que la cabeza caiga hacia ningún lado, apoyar las manos con palmas abiertas sobre el regazo y mientras sentimos el aire llenar y vaciar el cuerpo, observar los pensamientos, imágenes, recuerdos o ideas que se cruzan por la mente, sin detenernos en nada, tan siquiera dejarlos pasar como si estuiésemos ojeando una revista sin importancia. No esperar nada, nada más sentir y sentirse. Esto, es meditar.

Espero que lo que hoy les comparto sea de su agrado e interés. Practíquenlo y si gustan, me comentan y algo más; Eviten que los 5 ladrones se roben la relación íntima con la esencia que somos, por quedar prendadoa a luminarias y sensaciones que, en definitiva, son nada más que ilusiones.

Gracias

Daniel Shodo