jueves, 20 de agosto de 2020

El tapón está en uno

 




Me adueño de esta frase, por así decirlo, que en el Ho oponopono se utiliza como mantra  a los efectos de ayudar a dejar ir o soltar aquello que impide nuestro desarrollo en algún área de nuestra vida. El mantra es, saco el tapón.

Que el tapón esté en nosotros surge de un principio que dicta: "el mundo es como cada uno lo ve". Por mundo vale tanto para referirnos a la realidad social, como personal de quien observa o, debería decir, reacciona a lo que "ve". 

Si el mundo es lo que vemos de él y no lo que es, entonces, cabe la pregunta de: ¿quién ve ese mundo y desde dónde lo hace? 

Generalmente el que reacciona o sea, responde desde una conducta aprehendida en el pasado y automáticamente le adosa a esa realidad su sello personal, es el subconsciente. El niño interior que, apegado a su propia versión de la historia, responde al tiempo presente (que no puede vivir conscientemente por la misma razón que lo aprisiona, el pasado y que repite sin cesar) con maniobras que le permitan rápidamente reforzar o regresar a su lugar de seguridad, de "certeza"; la certeza de que allí, en su mundo interior, nada ni nadie lo dañara.

Un ejemplo de esta conducta la tiene toda persona que frente a lo que sucede, se justifica, excusa siempre o hecha culpas y nunca se responsabiliza de sus actos.

Es cierto que también podemos ver el mundo desde alguna virtud o cualidad consciente y desarrollada (amor, respeto, gratitud), pero, la diferencia sustancial es que, si la respuesta dada es desde ese espíritu, se tratará de una acción y no de una reacción; es decir, respuesta de y en tiempo presente.

Para poder ver la diferencia entre una y otra, es necesario dedicar un tiempo diario a prestarse atención. Atención en la palabra, el cuerpo, la mente, las emociones. Al hacerlo, iremos verificando qué componentes psicológicos/emocionales nos constituyen para entonces, aprender a discernir entre acción y reacción. Tengamos presente que no es lo que sucede o sucedió lo que nos afecta, de un modo u otro, lo es la manera en la que esa experiencia fue incorporada o lo que hicimos con ella.

Tirar del tapón es el acto consecuente  de que somos nosotros quienes, sin intención, por supuesto, lo hemos puesto allí, obturando nuestras posibilidades de crecimiento o, se trata de un tapón producto de alguna experiencia pre o pos natal que no pudimos evitar vivir de un modo específico, lo que genero la acumulación de un agua sucia que sigue en el fondo de la mente y que necesita ser vista, palpada y reconocida como tal, si de corazón deseamos limpiarla; una salvedad,  si de esa agua nace simbólicamente hablando, nuestra flor de loto, eso significa que hemos aprendido a valernos de lo oscuro (el compost) para emerger hacia lo claro; sin mugre (conflictos) no hay defensas ni aprendizaje porque  estas son posibles tras un largo trabajo de nuestro sistema de vida a partir de lo cual ese sistema se fortalece. Dicho de otro modo, si buscamos vivir en un estado de asepsia permanente, tanto en lo corporal como psicológico, sólo acabaremos logrando lo contrario, enfermarnos.

Un ejemplo que me viene a la mente, es el de esas personas que se empeñan en mostrarse siempre impecables por fuera y por dentro y que, de tanto esfuerzo por mantener las formas, terminan confirmando que : "Nada es más evidente que lo que se desea ocultar"...

El camino del medio o, evitar los excesos, es la clave al momento de atender nuestras trabas o tapones. No querer soltarlo todo ni esperar vivir aplastados debajo de ese todo.  Si permitimos que así suceda, no estaremos viviendo plenamente; a penas sobreviviendo.

No querer soltarlo todo significa adquirir la capacidad de aceptar (todo vez que aceptamos estamos sanando el 50% del daño) que habrá que aprender a vivir con ese barro (recuerden que de allí puede nacer un bello loto) por lo que sacaremos el tapón hasta donde nos sea posible. Hay algo que no debemos pasar por alto y es que, Dios, la Divinidad, el Tao, etc, es siempre la fuente que da vida y que también la renueva o recicla. Esto es a lo que mi amigo Lito Ángel Magistris se refería toda vez que me decía, "Enfocate en tu dicha y deja que el universo haga el resto". El universo hará lo propio siempre y cuando seamos claros en bien decir qué queremos y para qué lo queremos. Gracias amigo y maestro, donde hoy estés.




Para dar un descanso por ahora les ofrezco esta guía:

Ser conscientes de qué vemos y desde dónde. Practicando la atención plena.

No hay límites. Si cada uno ve lo que ve eso significa que podemos construir cada uno su propia realidad. Aceptando que lo único verdadero es que en la vida nos toparemos con personas que verán lo que quieran o puedan, nos guste o no.

Estar atentos y concentrados en cuerpo, mente y emoción con lo que sea que estemos haciendo

Recordar que el único tiempo que existe es éste. Aquí.

Que el amor es el don supremo desde el cual la felicidad es posible. Amen lo que hacen y disfruten a pleno de lo que les gusta.

El poder esta en nosotros o sea, la capacidad para construir nuestra realidad está en cada uno, nunca afuera.

La verdad, es la medida de tu efectividad. El camino es siempre más importante que la meta.

Gracias, gracias, gracias.

Shodo Rios


Dedicado a mi amigo, maestro y mentor, Ángel Lito Magistris quién falleció el 12 de julio último y a quien le estaré eternamente agradecido por su presencia en mi vida. Junto a él  y, a lo largo de 30 años de amistad, reí, disfrute y goce plenamente de mucho de lo que hoy vivo y puedo también, enseñar. Gracias, Te amo.

lunes, 10 de agosto de 2020

Todo es un viaje

Todo es un viaje

mis dedos por tu piel

la luz de las estrellas por los ojos fugaces

la harina al pan de tu sandwuich


Todo es un viaje

las uvas al vino 

el vino a la boca

que besará alguien.


Todo es un viaje

el mercader a sus cosas

la ley al traficante

los malditos a sus tumbas

y sus bienes a los que se les negó antes


Todo es un viaje

tu niño hacia la vejez

el néctar a la miel

la risa al llanto

el amor al recuerdo

la soledad hacia el alma


Todo es un viaje

la noche a la resaca

el día al paseante

el agua a una nube

y la nube al huerto


Todo es un viaje

la locura al exilio

la luz a un rincón olvidado

la ropa a tu cuerpo

y tu cuerpo a sus brazos


Todo es un viaje

la canción a los oídos

el grito a la sangre

la pasión desmedida

al desastre


Todo es un viaje 

y por mucho que te apures

nunca se llega para siempre

a ninguna parte.

Shodo Rios 

miércoles, 5 de agosto de 2020

¿Dios es amor?





Dice: Dios es amor y, acto seguido, manifiesta en acciones y expresiones automáticas, su miedo a la vejez, la enfermedad y la muerte. El miedo a no tener, a perder lo que tiene; a no alcanzar sus objetivos, a llegar a ellos y luego no saber cómo abordarlos. Miedo que no lo quieran o lo quieran demasiado y se sienta ahogado. El miedo disfrazado de celos, envidia, arrogancia, resentimiento, control, manipulación, egoísmo, ansiedad, preocupación constante. El miedo que genera violencia,abuso de poder, hambre y guerras. El miedo crédulo y obediente. El miedo que dice no, sin siquiera saber si se es capaz. El miedo de no estar a la altura de las consecuencias.
El miedo al servicio de la vanidad, la soberbia, el desprecio por lo diferente, por los que no piensan igual o no pertenecen al círculo privado. Y así vamos, coleccionado gestos, palabras y pensamientos temerosos que, lejos, muy lejos nos deja de saber que Dios es amor.

Expertos en el auto engaño esto es, buscar consuelo o distracciones evasivas ante el dolor que produce lo inevitable, es en lo que el ser humano se ha especializado. ¿Por qué? porque quiere comprender con solo la mente pensante qué es y para qué está en este plano terrenal.Al lugar que más comunmente se llega desde allí es a una relación teórica con la vida. Si lo intenta acaparando cosas, apenas vive para el consumismo. Y si pretende saberlo abriendo o cerrando demasiado el corazón se muere de depresión o explota.

Para conocer y saber, es imprescindible que abordemos las áreas del alma (corazón), el cuerpo físico (necesidades biológicas) y el espíritu, la mente consciente e intuitiva. Hacerlo es a lo que se llama indagación hacia la coherencia es decir, tomar la herencia recibida (crianza, educación y cultura) para revisar no tanto lo que hicimos con ello y ello con nosotros sino, la conceptualización agregada (las etiquetas). Por ejemplo, si digo patria, la mente a través de un recuerdo, convocara la o, las imágenes asociadas a eso por lo tanto, no será de la patria de lo que estaré hablando sino, de lo que para mí representa.Es esa representatividad mental la que hay que reconsiderar para darnos cuenta el apego emocional que se produjo junto con la experiencia enmarcada en el concepto y, a partir de la cual, quedamos anulados debajo del significado agregado o, lo que también se denomina identificación con lo que nos da seguridad y control. 
Dicho de otro modo, si me identifico con lo que el objeto significa para mí, nunca podré verlo de otro modo lo cual, convierte nuestra relación con dicho objeto en algo falso y apresado por el miedo a perder el grado de seguridad que esa identificación nos otorga.Es menester para el auto conocimiento saber que, todo o casi todo lo que el humano hace, es por miedo a...y no por amor a...

El choque emocional o psíquico se produce cuando la realidad, siempre implacable, nos golpea y desarticula el auto engaño, quitando el suelo imaginariamente sustentable en el que creíamos estar. 
A partir de ahí es cuando se consigue crecer al saber tomar el suceso como una oportunidad para ascender en consciencia o, en su defecto y, como para cada uno lo que debe aprender de sí es intransferible y particular, quizás haga falta un acontecimiento aún más contundente para animarse a transitar el despertar de su consciencia.

El auto conocimiento es lo que permite notar las raíces de nuestro apego con el objeto en cuestión para luego, aprender a soltarlo y así liberarnos de lo que impide la coherencia es decir, la estrecha interrelación entre el cuerpo, el alma y el espíritu que, recordemos, son uno solo en diferentes frecuencias energéticas.
A partir de aquí el trabajo es desandar lo aprendido o desaprender, soltar sin lo cual, la evolución no se concretará y, en consecuencia, no nos será posible saber verdaderamente, que es eso a lo que nos referimos al decir "Dios es amor".





Para saber que Dios es amor, se requiere de una tarea dedicada al conocimiento y saber de uno mismo basado en la confianza, el respeto, el compromiso y la perseverancia, de segundo en segundo. Practicando el estar con uno y sus circunstancias ya sea, en la soledad de nuestra más íntima relación humana como también, en vinculo atento con lo cotidiano. Con las demás formas de vida no solo la humana. 

El cuerpo, el alma y el espíritu en coherencia (materia, energía y vibración aunados y en diálogo permanente) son el camino, la verdad y la vida. Pero, si no estás dispuesto a recorrerte incluso en medio de dificultades y conflictos sin los cuales y a causa de la presión que nos generan no podríamos notar lo dormidos que estamos en la cuna del cómodo hacer diario, me atrevo a decir que no sabrás a ciencia cierta qué es Dios en realidad.Menos aún podrás sentir ese amor inexplicable.

Pese a todo, hay una buena noticia y es que, o tomas por decisión propia el camino del auto conocimiento o, eso a lo que hoy por miedo y nada más que por miedo, tanto esfuerzo dedicas para que no suceda o no se termine será, justamente, aunque con más dolor y sufrimiento, la senda que te permita luego y, siempre que no se muera en el intento, dirigirte a descubrir qué es Dios y qué es ese amor del que, por ahora, sólo se vocifera o luce lindo en la frase impresa en una remera.

Paso a paso, voy sabiendo lo que es el amor verdadero, lo que es eso de,Dios es amor pero, no esperes que te lo cuente, tampoco un libro, un video u otra persona porque, de lo contrario, te aferrarás de nuevo a otro concepto y entonces, continuarás "viviendo" de puro miedo.
Descubrilo por vos mismo/a, descubrite y sorprendete.

Shodo Rios 


sábado, 1 de agosto de 2020

¿Ser humano o tan solo hombre?

El ser humano se vuelve paz, cuando agoto la lucha.
El ser humano se vuelve amor, cuando agoto el odio.




El ser humano sabe de la gratitud cuando se sabe nada, sin el todo.
El ser humano sabe del respeto tras retornar esclarecido de la tierra de sus ancestros.
El ser humano se viste con las telas de la alegría serena, tras mirar el miedo a los ojos.

El ser humano, tras mirar en lo profundo de esos ojos, descubre a su niño interno y lo ayuda a sanar rescatándolo del destiempo. El niño entonces, se alza venturoso y decidido al cielo donde se nutre de sol y del infinito, para descender luego.
Descender y poner los pies y la dignidad sobre la madre tierra y andarla manso y tierno, confiado y sin desvelo.

El ser humano se sabrá ser humano siempre que se atreva a bajar a sus infiernos y regrese, habiendo derrotado al único "enemigo" que en verdad existe como producto de nuestra experiencia, creencia o imaginación es decir, nosotros mismos.
Mientras la aventura no se emprende, el hombre como especie, permanece en estado animal o sea, obedeciendo tan solo a los instintos básicos (comida, sueño, agua, abrigo,trabajo etc) como también, a los condicionamiento socioculturales, de crianza y educación.

El alma, ha venido a rectificarse, a aprender y a evolucionar pero, si no contactamos con ella, se ira hasta encontrar otra vida o cuerpo donde ello le sea posible y nuestra "vida", nos guste o no y sin que nadie se sienta culpable al respecto, pasara casi sin sentido.

Recordemos que si la vida tiene algún propósito, no es otro que el de aprender lo que ha cada uno le toque responsablemente, aprender. Por tal razón, no hacerlo es incrementar en uno y en los demás, la ignorancia, el odio y la avidez.

Gracias, te amo

Shodo Rios 


Nota: El niño interno o subconsciente, no conoce el tiempo. Vive como si todo siempre transcurriese en un tiempo indefinido a causa de lo que lo sujeta a la experiencia dolorosa del pasado o sea, el niño (subconsciente) percibe el ahora, como algo interminable y repetitivo, por ejemplo, si tuvimos una experiencia traumatica con el agua durante la niñez, toda vez que veamos el agua, aún en un cuerpo adulto, algo se disparará en nuestra psique generando un estado de alerta porque el niño entiende que se está por producir, nuevamente, el suceso.
Salir de esa condición, requiere una tarea diaria de diálogo interno para decirle a nuestro niño: "tranquilo, el agua que ahora estás viendo, no nos hará daño alguno, tomate de mi mano y confiemos que no hay nada que temer".