jueves, 9 de noviembre de 2017

Matar a Buda





Uno de los grandes poderes de los medios hábiles es liberar a los seres de la cárcel de sus conocimientos y prejuicios. Estamos apegados a nuestros conocimientos, a nuestras costumbres prejuicios; el lenguaje del zen debe ser capaz de liberaros. En el budismo el saber constituye el mayor obstáculo para el despertar. A este obstáculo se le llama obstáculo de conocimiento y se trata de los conocimientos basados en los conceptos. Si estamos dominados por esos conocimientos no tendremos posibilidad de ir más allá y realizar en nosotros el despertar.

El Sutra de las cien parábolas cuenta la historia de un joven viudo que vivía con su hijo de cinco años. Un día, al volver a su casa la encontró incendiada; había perdido a su hijo. Cerca de la casa quemada encontró un cuerpo carbonizado de un niño que él creyó que era el suyo; en ese estado de ánimo lloró a su hijo y preparo el funeral para su hijo siguiendo los ritos de la India. Guardo las cenizas en un saquito que llevaba siempre consigo, noche y día, en el trabajo y en el descanso.
Pero resulto que su hijo no había muerto carbonizado, sino que lo habían secuestrado unos forajidos.
Un día el niño se escapo y regreso a la casa de su padre. Llego a media noche cuando su padre iba a acostarse, llevando consigo el famoso saquito que contenía las supuestas cenizas de su hijo. El chico llamo a la puerta y su padre pregunto de quién se trataba cuando del otro lado una voz infantil contesto: Soy tu hijo. Mentira, respondió el padre, mi hijo está muerto hace tres meses. Y se empeño en no abrir. Al fin y luego de insistir infructuosamente, el niño se marcho y el padre perdió, ahora sí, a su hijo para siempre.

Esta parábola nos enseña que cuando se ha admitido determinada cosa como verdad absoluta y nos hemos aferrado a ella, ya no se acepta abrir la puerta aunque la verdad misma venga a llamar.
El practicante del zen debe ejercitarse para poder liberarse de su apego a los conocimientos y abrir la puerta de su ser para que pueda entrar la verdad. Su Maestro debe ayudar también en esos esfuerzos.
El Maestro zen Lin-Tsi dijo en una ocasión: "Si te encentras a Buda matalo"
Para quien solo tiene devoción esta declaración es terrible porque lo trastoca todo. Pero su efecto depende de la mentalidad y de las capacidades de quien la escucha. Si la persona es fuerte, tendrá capacidad para para liberarse verdaderamente de toda autoridad, sea cual fuere, y cumplir en sí la última verdad. La verdad es la propia realidad, no los conceptos. Si nos aferramos a los conceptos y los consideramos la realidad, perderemos la realidad.
Por eso hay que "matar" los conceptos para que la realidad pueda realizarse y revelarse. Matar a Buda es sin duda el único medio para ver a Buda. El concepto que nos hayamos formado de Buda impide ver al propio Buda.

Thich Nhat Hanh
Monje Budista zen

Texto extraído de su libro: "las claves del zen" Edit: Neo Person.

NOTA: Lo que aquí el Maestro nos comparte es una práctica que se aprende a través de zazen la que a su vez se realiza con la guía de un Maestro o instructor correctamente formado quien nos instruye a los efectos de que podamos ver y comprender los procesos mentales que hemos cultivado y que llamamos hábitos, a los efectos de poder ir soltando todos los conceptos, prejuicios e ideas pre concebidos que a diario ponemos sobre los otros, las cosas e incluso, nosotros mismos, detrás de los cuales se nos revelará el buda que ya somos como también la realidad exactamente como ES y no, como casi siempre queremos que sea.

La práctica de zazen constituye la práctica fundamental en el zen coma también, la observación de los preceptos (evitar matar, robar, calumniar o mentir, ejercer actos sexuales que dañen la dignidad de los involucrados y no intoxicarse con químicos o cualquier otra cosa que nuble la visión correcta de la realidad) También se enseñan las seis Paramitas, palabra que puede traducirse como "cruzar a la otra orilla o trascender" y que son: Generosidad, disciplina, paciencia, diligencia, meditación y sabiduría.

Todos estos elementos se van conociendo y practicando diariamente a cada paso, a cada respiración durante zazen sentado, parado, andando o acostado.

Publicado por Claudio

jueves, 2 de noviembre de 2017

Lo invisible a los ojos

La frase con la que titulo ésta entrada a mi blog, por demás conocida pero, quizás no siempre comprendida o sentida, es a la que apelo para contar lo que las palabras no podrán lograr explicar nunca. ¿Contradictorio? a caso, ¿ no lo es la vida misma?
Entonces, ¿qué contar a cerca de un grupo de personas que puestas a juntarse para "mostrar" una tarea emprendida por cada uno desde tiempos diferentes pero con el mismo respeto hizo posible tamaña experiencia de CHI o energía vital y humana?
¿Qué decir de los ojos húmedos y la sensación contundente en el cuerpo de muchos de los presentes al evento, por la energía que emanaba del corazón de cada uno de mis alumnos aunque no se lo propusieran intencionalmente?





Lo que puedo decir es que cada uno de los alumnos fueron dando no solo lo mejor de sí mismos para que juntos logremos un estado de unión y amor que a estas alturas se vive como un solo grupo aunque, y por razones horarias, laborales o de otra índole, cada uno pasa por la escuela Senderos del Ki en diferentes días, lugares y horarios sino, lo que sí puedo decir es que lo que cada uno aporto, estuviera o no presente en la muestra de Chi Kung del último domingo 29 de octubre fue, compromiso, responsabilidad, ganas de compartir, risas, juegos, temores, dudas. Todo el espectro de emociones humanas estuvo día a día mostrándose hasta donde cada uno se lo permitió, al punto de que no faltasen  los temblores de aquellos que no pudieron por ahora, ir más allá del lugar que ocupan en sus cuerpos como también, el tránsito hacia ese sí mismo que por mucho que se lo intente esquivar está ahí o aquí, en éste metro cuadrado que ocupamos para decirnos: "no temas que éste soy yo o sea vos y estoy acá para decirte lo mucho que te amo y lo demasiado que extrañaba que me supusieras lejos o inexistente".

Nada concluye en una presentación, más que la presentación misma. Por el contrario, el camino que todos trazamos poco a poco y que no podemos especificar con exactitud en qué momento de la larga noche de los tiempos comenzó  y menos aún hacia dónde nos llevara pero que sí vamos comprobando se encuentra bajo nuestros pies, es un eslabón más hacia un despertar que cada quién conocerá a medida que avanza, se detiene o retrocede pero, no para estancarse sino, para encontrar el impulso necesario que lo dirija cada vez más hacia esa condición que no es otra que, la de ser felices y evitar el sufrimiento. Que así sea.

Como diría mi querido amigo y maestro Damián: "Que lo que hagas sea con amor" Y cuando con amor se hace, se alcanza a sentir cómo todo el universo danza y nosotros en él.

Gassho

Claudio Daniel Rios