sábado, 22 de julio de 2023

i Ching y Medicina China - Trueno y Viento, Pulmones/Hígado


 
Los dioses del viento y el trueno


El I Ching enseña a tomar conciencia que por las noches, gracias a las influencias del Viento (Madera) y las del Trueno (Metal), todo nuestro organismo logra realizar una correcta eliminación de toxinas de todo el cuerpo, en la medida que estos elementos se encuentren en armonía.

Las funciones fisiológicas de los órganos vitales que la medicina china relaciona con los Elementos Madera (Viento) y Metal (Trueno), son las del hígado (Madera) y las de los pulmones (Metal). Estas funciones son análogas a las que ejercen las fuerzas Viento y Trueno, en la naturaleza.

El Trueno, ubicado en el Este, o sea, donde el sol y la primavera comienzan su recorrido ascendente de energía, es la función mineral y eléctrica necesarias para los impulsos vitales que luego, el Viento, por suparte, se encargará de llevar hacia todos los rincones, suavizando y enraizando, (otra cualidad del Viento, por eso elemento madera), el potencial de inicio que el Trueno genera.

El Trueno/Pulmones, en el trigrama que lo representa, aparece gobernado por la fuerza del Cielo, lo masculino, línea entera en la base, (ver imágen); Elimina en la inspiración, el diafragama desciende y difumina en la exhalación, el diafragma asciende.



 Trueno

El Viento/Hígado, suaviza, allana, eleva el Chi al pecho y la cabeza como a los pulmones y, encamina la energía masculina o del cielo que posee el Trueno, para lograr expandir correcta y adecuadamente lo planificado y para ello, se vale de su acción femenina o de la Tierra, representada por la línea partida de base, (ver imágen) hasta concretar, en cooperación con los demás elementos, agua y fuego, la tarea requerida.


 Viento


Así funciona también en el plano humano pues, cuando el hígado, alimentado de la energía de los pulmones, como del agua de los riñones, se mueve en la dirección deseada, debe valerse de dicho impulso para llevar la glucosa a los músculos y eliminar el exceso de carga residual ya sea de orden mental, emocional como físico.

Los antiguos investigadores de medicina china se dieron cuenta que hay unos canales invisibles en el cuerpo a través de los cuales fluye la energía que nutre los órganos principales. Son los llamados “meridianos” de energía que se estimulan, por ejemplo con acupuntura, masajes o Chi Kung, para equilibrar el Chi o fuerza vital en puntos específicos dentro de los canales asociados a cada órgano o víscera.

El horario del recorrido de la energía nutricia por el cuerpo indica que el hígado y el pulmón se nutren y se activan por la noche: (de esto se desprende la importancia de un dormir profundo y sin interrupciones) El hígado/vesícula billiar funciona entre las 23.00 y 03.00 horas y los pulmones/intestino grueso, entre las 03.00 y 07.00 horas de la hora solar.

Por eso, sabemos que tenemos que consultar la almohada cuando hay que tomar una decisión o solucionar un problema, del mismo modo que consultamos el I Ching.

Al hacerlo, comprendemos por qué este método sirve, si conocemos las cualidades de las fuerzas primordiales Viento (hexagrama 57 Lo Suave) y Trueno (hexagrama 51 Lo Suscitativo).

Se puede invocar su ayuda “lanzando un problema al aire” antes de dormir. Entonces, el Viento (Hígado) dirige sus actividades creativas en esa dirección. Aquí lo que sucede, cuando el hígado manda, por así decirlo, es que el movimiento comienza en ese órgano y estimula al pulmón. En términos del I Ching, el Viento mueve al Trueno.

De este modo, los pulmones hacen su tarea tomando únicamente la cantidad de oxígeno requerido para ello, lo cual supone respirar entre 3 y 4 veces por minuto, en lugar de las 16 o 17 veces que lo hacemos durante la vigilia.




Este flujo respiratorio ayuda a mover las aguas, como la sangre y los desechos para llevarlos al meridiano acoplado, el intestino grueso y lograr una evacuación adecuada como resultado de todo el proceso metabólico. Así mismo, podemos facilitar su trabajo si nos imaginamos el movimiento infinito de la interacción entre el Viento y el Trueno, como señalé más arriba, bien en la dirección del hexagrama 32 La Duración (el Viento inspira el movimiento) o, en la dirección opuesta del hexagrama 42 El Aumento (el Trueno inspira el movimiento). Visualizando el recorrido del signo “infinito”, la vía de actuación de ambas fuerzas naturales se libera de obstáculos por lo que podrán cooperar libremente y, mientras tanto, nosotros a disfrutar de un sueño reparador y así recoger los frutos de su trabajo por la mañana.

Daniel Shodo






miércoles, 12 de julio de 2023

I Ching y Chi Kung

 El I ching o libro de los cambios, nos advierte siempre en evitar los caminos rápidos y convenientes al ego, pues, un camino de sabiduría, requiere aprender a conocer la propia naturaleza y a saber adaptarnos a ella como a sus fluctuaciones y que de ese modo, aprendamos a tomar decisiones atentas, conscientes y con responsabilidad.

Desde el I Ching, pasamos al Chi kung, para vivenciar el valor intrínseco de los 8 trigramas o Pa Kua, a partir de integrarlos con movimientos específicos a la disciplina.
Desde el Chi Kung, realizamos movimientos y posturas estáticas para cada uno de los 8 trigramas.
Cielo, Tierra, Fuego, Agua, Viento, Trueno, Montaña, Lago.

Por ejemplo, el Cielo, en relación al cuerpo, es la cabeza, las ideas, los pensamientos, La tierra, el abdomen y sus procesos metabólicos. El fuego son los ojos, pero, sobre todo, la claridad de ver con el tercer ojo o el corazón, lo intuitivo; El agua son los oidos y la capacidad de aprender a escuchar y escucharnos,; el viento son los muslos y el andar decidido; El trueno, son los pies y el impulso inicial; La montaña, la columna y los brazos y el lago, la boca y la capacidad de nutrirnos.
No descuidemos que cada uno afecta y nos habla, también, en el plano psicológico, emocional y cósmico, por lo cual, es imprescindible saber consultar el libro con seriedad y respeto, púes, es a nosotros mismos a quienes, en verdad, estaremos aprendiendo a conocer profundamente.
No olvidemos que toda respuesta sobre nosotros y el asunto a consultar, se encuentra dentro de cada uno. El libro, en el mejor de los casos y sin restarle el valor sapiencial que posee, es un mapa de dicha situación, mostrada a los fines de ver más claramente lo que sucede y el modo más adecuado para atenderlo.
Los invito a nuestras prácticas cuyo basamento se hunde en las raíces ancestrales del I Ching, donde todo cambia pero, lo esencial permanece como es el respirar, beber, alimentarnos, estar al sol y relacionarnos generosa y abiertamente con los demás y la vida, en todas y cada una de sus muchas manifestaciones.

Daniel Shodo - Consultas peronales y cursos





Aclaración importante:

El I ching no es un sistema de creencias teístas o ateas, no es una mancia adivinatoria ni basada en supersticiones;
El I Ching es un compedio de 64 hexagramas o capítulos a partir de los cuales podemos atender, conocer, comprender, abordar y transitar todas y cada una de las situaciones propias a nuestra condición humana responsablemente, (úncio camino espiritual que conozco para un verdadero Ser lo que somos).

El sendero hacia dicha comprensión es un camino de crecimiento psicológico, emocional, mental y físico que no requiere de creencias sino, de saberes y para saber, hay que vivir las situaciones y no, simplemente consolarse en creencias de las cuales, en su mayoría, no son ciertas e incluso, incomprobables.
Si usted necesita únicamente creer, hágalo, pero, no espere que tal cosa se estimule en este sitio ni por parte de quién suscribe.
Gracias
Daniel Shodo




viernes, 31 de marzo de 2023

EL silencio y la escucha correcta


 ¿Hablar sobre el silencio? ¿No es esto un contrasentido?

¿Qué lugar le quedaría al silencio si todo lo ocupa la palabra?

¿Es la necesidad de hablar sobre el silencio un llamado de atención hacia una sociedad cada día más adicta a casi cualquier ruido?

Se puede hacer el intento de volcar explicaciones acerca del silencio, sin embargo, nunca daremos en el blanco, como tampoco a la hora de hablar de Dios, la vida, el amor, la muerte o la música, por ejemplo. Y esto ocurre porque el lenguaje, aún bien utilizado y con una narrativa acertada, jamás puede llegar a definir lo indefinible, pues, el nombre nunca es la cosa de la que se habla.

En todo caso, la necesidad o la premura del ser humano por querer entender sobre estas cuestiones trascendentes e inquietantes y su participación en todo ello, mayormente por temor a la muerte e incomodidad con la incertidumbre, es lo que lo lleva a la utilización del lenguaje a la espera de conclusiones sobre lo que, en su esencia íntima no lo tiene y por ende nunca las encontrará; 

En consecuencia, ¿Cómo puede el ser humano comprender lo que no tiene ni pertenece al tiempo, como la vida o Dios, si busca hacerlo desde su condición temporal, pues todo pensamiento está sujeto a kronos (pasado, presente, futuro) 

Incluso cuando se esfuerza por hallar indicios de verdad absoluta, también falla, porque la vida no es determinista sino, orgánica y cambiante. En consecuencia, ¿Cómo atrapar lo que  está en permanente movimiento?

El único camino para comprender el silencio, la vida o el amor, es cuando vivimos totalmente en cuerpo y alma la relación con esas fuerzas esenciales. Cuando toda idea queda anulada y sólo se es experiencia pura.

Es decir, no hay lugar para la intelectualización ni la filosofía ni anhelos predeterminados sobre la cosa en sí. La única actitud posible es la práctica. Y esa práctica se llama, escucha plena.




¿Qué es un escuchar completo y puro? 

Por lo general, al escuchar lo hacemos con prejuicios o ideas preconcebidas es decir, antes de escuchar ya vamos pertrechados de ideas y conceptos, no siempre nuestros y de los que por costumbre no reconocemos conscientemente, esto apenas habilita a una escucha limitada por los pensamientos que ya tenemos como condicionamiento. 

Programas adquiridos a temprana edad que se realizan en automático. Pensamientos, recuerdos memoria, basados en comparaciones que nos llevan a evaluar lo que creemos moralmente que es la cosa observada, sin lograr ver su sentido último y real. Excepto cuando aprendemos a escucharnos, es decir, a meditar.


Sin meditación, no hay reconocimiento del silencio o del ruido interno. Sin meditación no hay escucha plena. Sin meditación no sabremos escuchar ni sentir el cuerpo, la respiración. No podremos ver y conocer qué contienen esos pensamientos que se agolpan de a miles en el cerebro y de qué modo dirigen nuestras decisiones diarias, lo que eclipsará la consciencia de que se vive más para el pasado, (nostalgias, resentimientos) o, para el futuro, (miedos, ansiedades) que para el presente tan fugaz, siempre.

Veamos. Es importante considerar que el silencio no es algo que pueda hacerse, en primer lugar porque vivimos en un planeta aerófono, es decir, donde hay oxígeno hay ruido o sonidos. Por consiguiente, lo único que sí hemos de hacer es, acallar todo ruido o emisión sonora posible y el silencio...aparece en escena.

El silencio, al presentarse, abre las puertas a la posibilidad de una escucha real y correcta sin la cual no podremos alcanzar un entendimiento claro y objetivo sobre aquello donde enfocamos nuestra atención.

Captar la realidad es posible cuando se desvanecen las creencias.

Me explico, oír es una función sensorial natural y propia del oído que capta todo cuanto por él atraviesa. Acto seguido, el cerebro, tras evaluarlo, descartará lo que no necesita, tomará lo que sí le resulte significativo y toda esa acción, la mayoría de las veces, suele suceder sin que siquiera nos demos cuenta, hasta que aparece el interés o la necesidad de escuchar atentamente.

Escuchar, a diferencia de oír, requiere de un acto consciente y voluntario por nuestra parte.

La escucha verdadera y completa, como digo, es la que no se ve interrumpida por nuestras opiniones u objeciones. Eso no significa que tengamos que someter nuestros principios a lo que escuchamos sino, aceptar lo que nos llega, y con el mapa completo de la historia delante, poder tomar cartas en el asunto pero, evitando evangelizar o manipular a quien nos habla pues, lo importante es dejar que la decisión surja del seno del que habla y no de quién escucha. A lo sumo, el “escuchante”, si se me permite el término, puede sugerir, señalar  opciones o factores a considerar que puedan ayudar a ver más lúcidamente el problema y su posible resolución.

Es muy necesario considerar que toda escucha ha de comenzar por uno mismo, pues, si no tengo aceitada esa práctica en mí, no podré aplicarla en otros porque, como dije, lo que se colocará por delante de lo que llega a nuestros oídos serán los preconceptos e ideas instaladas en uno, opacando el relato tal cual no es remitido.

Esto lo remarco porque en tantos años de profesión como profesor de Tai chi/Chi kung y Meditación zen, no han sido pocas las veces en las que pude ver lo rápido y fácil que el facilitador, terapeuta o mediador se predispone para aprender las técnicas que son de su interés, sin caer en la cuenta que, cuando es el propio facilitador el que atraviesa emociones, preocupaciones o temores psicológicos importantes, no sabe cómo aplicar esas mismas técnicas en sí mismo por estar más ocupado en afianzar su labor y ganar dinero que, en conocerse a sí mismo. Virtud elemental para poder comprender y acompañar asertivamente a los demás durante sus tribulaciones y encrucijadas.

Escuchar plenamente, es escuchar con todo el cuerpo. Las tripas, el corazón y la mente intelectual.

Al escucharnos, sentirnos y estar presentes, el silencio será el que nos hable y devele el camino a trazar por nuestros propios pasos. 

Publicado y escrito por Daniel Shodo

domingo, 22 de enero de 2023

Zazen - Meditación Zen

Práctica de Meditación Zen , Zazen  en Llavallol 535 Lanús O Pcia de Buenos Aires 

Los viernes a las 19:15Hs (llegar 10 Minutos antes)

No se requiere experiencia previa



Llegada 19:05Hs

19:15 Hs Movimientos de Chi Kung


19:30 Hs - Zazen



19:55 Hs - Kin Hin - Caminata de Meditación




20 Hs - Gyo Cha - Servicio de Té




Espacio para preguntas sobre la práctica

20:30 Hs - Cierre

Profesor Daniel Shodo

domingo, 8 de enero de 2023

Samurai - Video artístico


Hola a todos. Aquí les comparto este breve video del Sensei Kaz Kobayashi a través de la cual, tutoriales mediante ya que vive en Los ángeles, voy aprendiendo el arte de la espada japonesa, Katana.

Movimientos que suelo incluir, con las variantes del caso, en mis clases de Chi Kung.

Gracias

Daneil Shodo

lunes, 19 de diciembre de 2022

El principio de separación en las relaciones, como posibilidad de reencuentro



¿Quién, al comienzo de una relación o, cuando esta ya lleva un tiempo de cierta estabilidad emocional y de convivencia, pensaría en la posibilidad de separarse? Evidentemente, nadie. Nadie repararía en el hecho de que un día, por razones de desamor o muerte, esa relación podría finalizar, y es que lo que aún prevalece, es ese sentimiento de sentirse unidos al otro, ya sea por empatía, sentimientos inexplicables, apego, necesidad de no sentirse solos, por costumbre, es decir, no por amor sino, por la idea de amor que se cultiva, no conscientemente, basada más, en un instinto de supervivencia que de amor, si entendemos el amor como la libertad de simplemente ser lo que se es sin segundas intenciones, sin requerimientos, deseos, esperanzas o proyecciones dirigidas a un futuro que no existe y que de tanto imaginarlo, para "bien" o para "mal", no se termina de caer enel hecho de que, con lo único que ahora y sólo ahora se cuenta es con el tiempo presente y lo que en él, está vibrando, sucediendo, nos agrade o no.

Lo que ahora hay y sucede, amén de si se logra verlo en su totalidad, plenamente, o no, es la realidad que la mente, turbada por sus adherencias dogmáticas, rara vez contempla pues, como todo dogma, es a partir de esa "visión" compartimentada que ve lo que llama, "realidad".cuando en verdad se trata, nada más que de una interpretación no siempre real.

Por eso traigo al rescate de la relación, de una verdadera relación de amor, el principio de separación que no es otra cosa que, ser la conciencia de una ley universal a la que todo y todos estamos sujetos como es, la impermanencia.



Todo se encuentra en permanente cambio, transformación. Por lo cual, si lo que vivimos en una relación, pretendemos que sea en el seno del amor, del amor como energía y no simplemente como instinto de supervivencia, como señalo más arriba, entonces, es indispensable considerar lo superlativo de la impermanencia pues, al hacerlo, lograremos VER, así, con mayúsculas, lo que ahora hay y es. El instante presente donde yace la eternidad, el espacio del propio cuerpo finito, donde mora lo infinito.

Al lograr considerar lo impermanente, osea, la vida misma, con sus incertidumbres y probabilidades, inhalando y exhalando, podremos comprender que es esa misma impermanencia lo que realza la posibilidad de vivir en el amor y no, para amar o ser amado como algo que debo tener y guardar de manera egoísta y temerosa a los efectos de sentirnos seguros pues, nada resulta en mayor dolor que la falsa idea de seguridad y control, como cuando la vida nos pone de revés y nos muestra la cara que tanto nos esforzamos por ocultar, la de la impermanencia, la de, todo pasa y pasa, porque eso somos, energía y tiempo, pasando y que da nada ni de nadie, nos podemos adueñar.

De lo expuesto surge, el rostro de la verdad cruda y llana, sólo hay este ahora, sólo hay este lugar, por lo tanto, celebremos. Celebremos en cuerpo y alma, totalmente. Celebremos sin que haya necesidad de días y lugares especiales, porque especial, son este dia y lugar, ¿qué otro? Y es que si nada más hay que, este aquí y ahora, ¿qué mejor ocasión para celebrar y dejar que sea la vida la que nos acune en su infinito y eterno instante presente de absoluto amor y gozo?



En resumidas cuentas, que el principio de separación, la conciencia de lo impermanente, lo fugaz de la divina esencia cósmica danzando en nuestros cuerpos, nos convoque a celebrar el reencuentro; La capacidad de redescubrirnos cada uno en el otro, en ese ser que, entre tantos miles de millones,, coincidió en nuestro camino, como nosotros en el suyo. 

Es volver a la inocencia de como cuando niños, los ojos nos saltaban de las órbitas en un intento por querer atrapar el mundo en un puño. Es celebrar que hoy y aquí, renacemos al dejar ir las etiquetas, las ideas  o creencias para, al fin, ver lo que ese otro ser es en verdad  y observar en ese bello espejo, al que somos.

Daniel Shodo